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¿Dónde están los altos generales rusos?: cruce de versiones tras el fallido motín de Wagner
Varios generales de primer rango en el Ejército de Rusia han desaparecido, al menos de la vista del público, tras la fallida rebelión del grupo mercenario Wagner contra Moscú. Una situación que desprende versiones de encarcelamiento, en medio de lo que el Kremlin tilda de “chismes”. Entretanto, el Gobierno ruso confirmó que esa fuerza paramilitar dejará de combatir a su nombre en Ucrania. En otras noticias, Rusia sostiene que al menos dos generales y hasta 50 militares ucranianos murieron en el ataque de sus tropas, en Kramatorsk, el pasado martes 27 de junio.
¿Detenidos, desaparecidos o simplemente fuera del ojo público? Es incierto el paradero de algunos altos mandos del Ejército ruso, pero lo evidente es que no han sido vistos públicamente desde que el otrora aliado de Moscú en la guerra en Ucrania, el grupo de mercenarios Wagner, se rebelara contra el Ejército del Kremlin, entre el pasado viernes 23 de junio y sábado 24, y pidiera las cabezas de sus dirigentes, así como la del ministro de Defensa, Serguéi Shoigu.
Se trata del general Serguéi Surovikin, que se ha desempeñado como subcomandante de las fuerzas rusas en Ucrania. Apodado por la prensa local como el ‘General Armagedón’, es conocido por sus tácticas agresivas en el conflicto sirio, donde Moscú respalda al régimen de Bashar Al-Assad.
También se desconoce la suerte del general Valery Gerasimov, el jefe de personal de las Fuerzas Armadas rusas y quien posee uno de los tres «maletines nucleares» de la potencia, según destacan algunos analistas militares.
El militar de 67 años no ha aparecido en público ni en la televisión estatal desde la sublevación de Wagner. Tampoco ha sido mencionado en ningún comunicado de prensa del Ministerio de Defensa ruso desde el pasado 9 de junio, cuando el jefe de Wagner Yevgeny Prigozhin, exigió su expulsión de la institución castrense tras calificarlo de “incompetente”.
¿Su posible paradero? En el caso de Surovikin, el diario ‘Moscow Times’ y un bloguero militar, de los pocos avalados por el Kremlin para hablar del conflicto en curso, informaron que fue arrestado, mientras que otros corresponsales señalaron que tanto él como otros oficiales superiores estaban siendo interrogados por el Servicio Federal de Seguridad (FSB por sus siglas en ruso) para verificar su “lealtad”.
Tras el intento de insurrección de Wagner, el proceder del alto mando militar ruso estaría siendo examinado con lupa por el Kremlin. Un informe del diario ‘The New York Times’, que cita fuentes de las agencias de inteligencia de Estados Unidos, señaló que Surovikin tenía conocimiento previo del motín y que las autoridades rusas estaban verificando si era cómplice.
Su supuesta participación en la abortada sublevación apuntaría a la “absoluta fractura” de la cúpula militar de Moscú.
Las versiones sobre su detención se hacen cada vez más fuertes. Alexei Venediktov, exjefe de ‘Ekho Moskvy’, una destacada estación de radio independiente que fue clausurada por las autoridades después de que el presidente ruso Vladimir Putin ordenara la invasión de su vecino país, el 24 de febrero de 2022, sostuvo que Surovikin y sus lugartenientes cercanos no han estado en contacto con sus familias durante varios días.
Sin embargo, tras ser cuestionado sobre la posible deslealtad de Surovikin, el miércoles 28 de junio, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, desestimó la información al calificarla de “chismes”. Y un día después, el jueves, se negó a responder si Putin aún confiaba en el alto mando militar.
De Gerasimov, los medios locales destacan su misteriosa ausencia en varios eventos a los que asistió Putin y el asediado ministro de Defensa, Serguéi Shoigu.
¿“Purga” al interior del Ejército ruso?
Otras versiones como la del medio ruso ‘Rybar’, dirigido por un exjefe de prensa del Ministerio de Defensa de ese país, indicó que se estaba realizando una “purga” al interior de las Fuerzas Armadas de Moscú.
El objetivo sería eliminar al personal militar que Rusia considere que demostró “falta de decisión” para frenar rápidamente el motín de los mercenarios.
«La insurgencia armada de la compañía militar privada Wagner se ha convertido en un pretexto para una purga masiva en las filas de las Fuerzas Armadas rusas», remarcó ‘Rybar’.
Las posibles medidas del Kremlin frente a sus propios militares empiezan a revelarse, pero el enfrentamiento de la milicia Wagner contra el Ejército al que respaldó durante varios meses en el frente de batalla ucraniano se venía gestando desde al menos el pasado mayo.
Desde entonces, Prigozhin protagonizó sorprendentes arremetidas en las que acusó al Ejército de Vladimir Putin y al Ministerio de Defensa de exponer a los mercenarios como carne de cañón, mientras los dejaban con escasez de armas y equipos militares en el frente de batalla. Algo que, aseguró, dejó un enorme derramamiento de sangre y pérdidas de vidas entre sus filas.
Prigozhin también pidió la cabeza de Surovikin durante la rebelión temporal del pasado fin de semana que estaba destinada, según prometió entonces, a derrocar a los altos mandos militares.
La paciencia de quien fuera un hombre cercano al líder del Kremlin, conocido como “el cocinero de Putin”, se habría colmado luego de que acusara a las tropas rusas de bombardear los campamentos de sus hombres y causar decenas de muertes.
En cuestión de horas, Prigozhin anunció que sus combatientes habían tomado la ciudad de Rostov del Don, en el sur de Rusia, y que marchaban hacia Moscú.
El plan que amenazaba con convertirse en una guerra civil en la capital rusa fue abortado el sábado, tras un acuerdo en el que medió Belarús, el gran aliado del Kremlin, a cambio de cerrar la causa penal en su contra por rebelión y la oferta de exiliarse en el territorio bielorruso, a donde el jefe de Wagner arribó el pasado lunes.
Pero sin duda se avistó un enfrentamiento de rusos contra rusos que ha generado tensiones en el ‘establishment’ militar de la potencia armada hasta alcanzar la ruptura de su alianza con los mercenarios, al menos en territorio ucraniano.
De confirmarse la “purga” en la institución castrense, podría verse alterada la forma en la que Rusia libra la guerra contra su exaliado en la desaparecida Unión Soviética y causar agitación en sus filas, justo cuando las tropas invasoras intentan frustrar la contraofensiva ucraniana para recuperar sus territorios.
Wagner deja de combatir para Rusia en Ucrania
La información fue confirmada este jueves 29 de junio por el jefe del comité de defensa de la Duma, Andrei Kartapolov.
Según el funcionario, el grupo paramilitar ya no combatirá en territorio ucraniano debido a que Prigozhin se negó a firmar cualquier contrato con el Kremlin.
Kartapolov sostuvo que unos días antes del intento de rebelión, el Ministerio de Defensa de su país anunció que “todos los grupos que realicen misiones de combate deben firmar un contrato” con esa cartera, pero que el jefe de Wagner no firmó los acuerdos, por lo que se le informó que “Wagner no participaría en la operación militar especial”, como se refiere Rusia a la invasión de Ucrania.
“Es decir, no se van a destinar fondos, recursos materiales”, agregó el diputado.
Este anuncio se conoce pocos días después de que Putin ofreciera públicamente a los mercenarios las opciones de seguir trabajando para el Kremlin mediante la firma de un contrato directo con el Ministerio de Defensa ruso, o exiliarse en Belarús.
Rusia señala que dos generales y 50 militares ucranianos habrían muerto en Kramatorsk
Hasta el momento, Moscú no había reconocido abiertamente su participación en el ataque con dos misiles en Kramatorsk, que dejó escenas de horror, en medio de la muerte de al menos 12 personas, incluidos tres menores, y decenas de heridos.
Ahora, Rusia señala que en la embestida murieron dos generales y hasta 50 soldados ucranianos, información que no ha sido corroborada por Kiev.
Cuestionados en los últimos días sobre la tragedia, los funcionarios rusos se habían limitado a responder que solo atacaban a “objetivos militares”, pero las autoridades ucranianas reportaron víctimas civiles.
El asalto se produjo contra un restaurante abarrotado de familias y periodistas. Entre los sobrevivientes se encuentran tres destacados colombianos: Catalina Gómez Ángel, la enviada especial de France 24 en Español; Sergio Jaramillo, excomisionado de Paz, y el escritor Héctor Abad Faciolince.
Alrededor de 60 personas resultaron heridas, incluida la destacada escritora ucraniana,Victoria Amelina, que se encuentra en estado crítico tras sufrir lesiones en el cráneo.
Amelina, que acompañaba al grupo de colombianos, pausó su exitosa carrera en las obras literarias de ficción para tomar las riendas de la investigación de crímenes de lesa humanidad, en medio de los horrores presenciados en la guerra rusa contra su país.
Con Reuters, AP y medios locales