La prueba balística se produjo este domingo por la mañana, coincidiendo con la visita del primer ministro japonés a Washington Kim Jong-un dejó este domingo meridianamente claro que no cesará en su empeño por convertir a su país en una potencia nuclear independientemente del nombre del inquilino de la Casa Blanca. Corea del Norte disparó el primer misil balístico del año y de la era Trump, un proyectil que terminó en aguas del mar de Japón, coincidiendo además con la visita del primer ministro japonés, Shinzo Abe, a Estados Unidos. Corea del Sur considera que el lanzamiento tiene por objetivo probar la respuesta de la nueva administración en Washington. La Unión Europea y la OTAN condenaron el lanzamiento, que consideran una «provocación» del régimen de Pyongyang. Fuente: El País]]>