Centroamérica
La ola de indignación popular desbanca a los candidatos electorales
En Guatemala, un candidato solo gana la presidencia si en la primera elección alcanza el 50% más uno de los votos válidos Lo anterior es un retrato de lo que han sido las elecciones en Guatemala desde el fin de las dictaduras militares en 1985. Para empezar, no se puede hablar con rigor de la existencia de partidos políticos. Son organizaciones que surgen alrededor de un líder sin ideología alguna y sin más carisma que tener el dinero para impulsar su persona con el único propósito de expoliar los recursos del Estado. Tampoco se rodea de personas dispuestas a trabajar por el país. Lo que necesita son ‘cómplices’ que le guarden fidelidad. A la incertidumbre se suma que, a pocas horas de que se abran las urnas, una candidata a la presidencia, Zury Ríos y un aspirante a la vicepresidencia, Edgar Barquín, podrían enfrentar problemas legales para asumir sus cargos en caso de ganar. La primera es hija del golpista Efraín Ríos Montt y por ello vetada constitucionalmente, mientras que sobre Barquín pesas acusaciones de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y la Fiscalía, de delitos como asociación ilícita. Barquín es el compañero de fórmula de Manuel Baldizón, candidato favorito en las encuestas hasta el destape de los escándalos que le costaron el poder a Otto Pérez, y en caída libre en las últimas semanas. Si bien los sondeos daban tres favoritos hasta principios de mes, Baldizón, un millonario excéntrico; Jimmy Morales, un cómico de la televisión apuntalado por los militares más rancios, y Sandra Torres, exesposa del Álvaro Colom, presidente entre 2008 y 2012, los últimos acontecimientos hacen prever que dos de ellos podrían caerse, pero existe una incertidumbre absoluta sobre quien podría sustituirlos. En Guatemala, un candidato solo gana la presidencia si en la primera elección alcanza el 50% más uno de los votos válidos, algo que nunca ha ocurrido, lo que obliga a una segunda votación entre los dos mayoritarios. Esta segunda, casi segura, está programada para el 25 de octubre. A lo anterior se suma la posibilidad de disturbios en algunos municipios de Chimalteango, Quetzaltenango (oeste) y Quiché (norte), donde el padrón electoral sobrepasa, con mucho, el censo poblacional. Una vieja práctica mafiosa de los partidos. Avecindar seguidores en comunidades donde tienen poca presencia. En El Tejar (Chimaltenango, a una hora de la capital), esta mañana los vecinos colocaron una manta gigantesca donde se advierte que los “acarreados” serán linchados por los vecinos. La policía ha sido declarada en alerta.]]>