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Torpe política exterior de Biden

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China y Rusia ganan influencia en África por la torpe política exterior de Biden.

Mercenarios rusos, antes conocidos como grupo Wagner, siguen ampliando su presencia en África, en detrimento de la influencia cada vez más mermada de EEUU.

Repasar los fracasos en política exterior del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, es llover sobre mojado. Sucesos como el regreso de los talibanes al poder en Afganistán tras la caótica retirada de las tropas estadounidenses, la falta de una posición firme ante China frente a las crecientes amenazas sobre Taiwán o su ambigüedad frente a la guerra en Gaza, hacen que sea visto como un mandatario débil, incapaz de poner límites que hagan valer su rol de líder de la primera potencia mundial frente a otros actores internacionales que buscan arrebatarle ese puesto.

El terreno geopolítico cambió y es evidente en los lugares más distantes del planeta en los que alguna vez EE. UU. tuvo una importante presencia. África es un ejemplo perfecto. Un continente rico en materias primas y recursos naturales (alberga 30 % de los minerales esenciales para el mundo moderno), pero pobre en estabilidad política y económica. En esas falencias Rusia y China ven la oportunidad de contrarrestar la influencia de Washington mientras gobierna Biden.

Níger es la prueba más reciente de esto. En marzo se anunció el fin de su acuerdo militar con EE. UU. luego de que una junta militar, aliada de Rusia, tomara el poder. El país africano era la base principal de la Casa Blanca para monitorear la actividad yihadista regional. Como resultado, las tropas estadounidenses son expulsadas y deben abandonar dicha nación “a más tardar” el próximo 15 de septiembre.

Dos golpes de Estado en Burkina Faso en el año 2022, otro en Gabón ocurrido en 2023 y este último en Níger reafirman la inestabilidad histórica en África subsahariana, una región con 49 países, donde EE. UU. pierde cada vez más presencia, mientras Vladímir Putin y Xi Jinping ganan terreno e influencia.

El tentáculo económico chino

No fue sino hasta mayo de este año cuando Biden invitó al presidente de Kenia, William Ruto, a la Casa Blanca. Fue la primera invitación de Estado a un líder africano durante la Administración demócrata. Antes, la vicepresidente Kamala Harris visitó países africanos luego de que el secretario de Estado, Anthony Blinken, hiciera un viaje a ese continente. Pero no es suficiente.

Tal como afirman el congresista John James y la exportavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, en una columna publicada en Fox News, “cada vez más, los países piensan que no necesitan a Estados Unidos, ya que tienen a Pekín para las necesidades comerciales y a Moscú para sus necesidades de seguridad”. Lo cual está en lo cierto, ya que solamente en 2021 China intercambió 254.000 millones de dólares en comercio con África frente a los 64.000 millones de dólares de EE. UU, remarcan los autores.

Solo en Etiopía, el régimen chino construyó la Gran Presa del Renacimiento en Guba, la más potente del continente. Si bien eso ocurrió antes de la llegada de Biden al poder, demuestra que Xi Jinping tiene años avanzando sobre la región.

Seguridad rusa a un alto precio

Efectivamente las tiranías africanas ven en Putin un aliado para mantenerse en el poder. Hasta 2021, el 44 % del total de armas importadas en África subsahariana provenía de Rusia, en comparación con el 17 % de Estados Unidos, indicó un informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo.

Esa tendencia posiblemente se mantiene. La razón es que el grupo ruso Wagner (ahora con otro nombre) sigue protegiendo a regímenes africanos. Ahora sus funciones las desempeña el “Cuerpo Expedicionario”, tras la muerte de su líder Yevgueni Prigozhin, pero su objetivo es el mismo. Los nuevos responsables han viajado por Libia, Burkina Faso, la República Centroafricana y Níger asegurando el futuro de los gobernantes, “siempre y cuando pagaran renunciando a sus derechos mineros”, como retrató la BBC.

Son certeras las recomendaciones de James y de Ortagus al afirmar que “Estados Unidos debe posicionarse como el socio económico preferido”. Sin embargo, no parece ser la prioridad de Biden, enfocado en ganarle a Donald Trump en las presidenciales de noviembre.

Por: Oriana Rivas

Panampost

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