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Se apaga la lámpara del Sagrario: oscuridad en el cristianismo y tinieblas en la Iglesia

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En la madrugada del 2 de febrero de 1634, en la soledad de la capilla del Coro Alto del Real Monasterio de la Inmaculada Concepción de Quito, la abadesa, la Madre Mariana de Jesús Torres, rogaba al Señor delante del Tabernáculo, que culminen sus días en esta tierra y que la lleve pronto a la eternidad; entonces la lamparita del sagrario de apagó.

Eran las 3 de la mañana y la religiosa quiso levantarse para reencender la lámpara, pero no pudo, se quedó inmóvil.

La escena es conmovedora: una monja seria y virtuosa, rezando frente al sagrario, hasta altas horas de la noche, mientras su Comunidad ya dormía.

A primera vista todo parece un acontecimiento cualquiera: la religiosa rezando, el viento que sopla y la lámpara que termina apagándose. La oscuridad en la iglesia es completa y la priora no puede moverse.

Pero toda esta secuencia ciertamente tiene un significado: simboliza una gran prueba que descendería sobre la Iglesia, dejando a las almas fieles en medio de tantas pruebas, y que quedarían por así decir, estáticas, sin sentido. Se trata por tanto de un simbolismo con algunos significados.

La abadesa intenta encender la lámpara, sin conseguirlo. En ese momento, la Santísima Virgen aparece y reenciende la vela quedando toda la capilla iluminada con un gran resplandor.

Luego, la Virgen explicó el significado simbólico del apagado de la lámpara, referente a varios acontecimientos futuros.

Coro Alto del Real Monasterio de la Inmaculada Concepción de Quito, sitio de las Apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso a la Venerable Madre Mariana de Jesús Torres, entre los siglos XVI y XVII

María Santísima dio cinco razones que explican el símbolo por el que la lámpara se apagó. Ella habló del cristianismo sudamericano, el cual atravesaría un eclipse, con el consecuente desmoronamiento del orden de cosas, pero que recobraría su luz, iluminando toda la Iglesia con gran fulgor.

Nuestra Señora, y a modo de introducción, le proporciona a la Madre Mariana, varias pruebas de la veracidad de todo lo que le dijo:

«Hija querida de mi Corazón, soy María del Buen Suceso, tu Madre y Protectora, traigo en mi brazo izquierdo a mi Santísimo Hijo, y un báculo en mi mano derecha, vengo a darte la feliz noticia de que dentro de once meses y unos pocos días más , terminarán tus días en esta Tierra».

En efecto, la Madre Mariana partió hacia el Cielo dentro del plazo anunciado: el 16 de enero de 1635.

La constatación de un hecho inminente tan importante, como es frecuente en las profecías, da pruebas de que los acontecimientos futuros anunciados también se cumplirán con la misma exactitud.

Primer significado: persecución religiosa y martirios

¿Cuáles eran los motivos por los que se apagó la lámpara del Sagrario? Helos aquí:

«La lámpara que arde delante del Amor prisionero, y que viste apagarse, tiene mucho significado.

«En primer lugar: a finales del siglo XIX y seguirá [en] gran parte del siglo XX, cundirán en estas tierras, entonces república libre, varias herejías.

«Y reinando en ellas, se apagará la luz preciosa de la fe en las almas por la total corrupción de las costumbres.

«En ese tiempo habrá grandes calamidades físicas y morales, públicas y privadas».

Pese a que las sucesivas transcripciones pueden haber cambiado incluso frases importantes de la misma, la revelación privada de Nuestra Señora del Buen Suceso, es una de las más completas y detalladas que anuncian diversos hechos de nuestro tiempo.

Incluso se puede discutir si acaso no es más concreta y más precisa que la de La Salette, en Francia, en cuanto al tiempo, al lugar, a la naturaleza de los hechos y a la magnitud de la catástrofe que ocurriría.

Características de las calamidades físicas y morales, públicas y privadas profetizadas por Nuestra Señora del Buen Suceso

Dichas calamidades, ¿serían simplemente psicológicas, incruentas o por lo contrario, sangrientas? ¿Cómo serían?

El comunismo, explícito o solapado, es el gran perseguidor de la Iglesia

El mundo actual hace que todo sea posible, porque la característica del reino del absurdo en el que nos hemos hundido es que todas las cosas posibles se vuelven probables simultáneamente.

Entonces suceden los acontecimientos más contradictorios, y lo imposible puede tomar la apariencia de posible.

La Santísima Virgen profundiza la descripción profética:

«El corto número de almas en las que se conservará el culto de la Fe y de la virtud sufrirán un cruel e indecible padecer, al par que prolongado martirio.

«Muchas de ellas descenderán al sepulcro por la violencia del sufrimiento y serán contadas como mártires que se sacrificaron por la Iglesia y por la Patria».

¿Mártires por la sangre derramada o por el sufrimiento debido a su fidelidad a la Iglesia?

Los escritos de las revelaciones hechas a la Madre Mariana, no dejan claro si se trata de mártires que serían asesinados por odio a la fe o si morirían de tanto sufrimiento moral por su lealtad a la Iglesia y a su país.

El sufrimiento sin sangre causa mayor dolor que el daño corporal, como las heridas de los héroes de la batalla de Lepanto, por ejemplo.

Es comprensible que la escalada de estas persecuciones que traerán «sufrimiento cruel e indescriptible» pueda causar angustia que lleve a la muerte a las personas de fe.

«Para poner a prueba en los justos esta fe y confianza, llegarán momentos en los que, al parecer, todo estará perdido y paralizado. Entonces será el feliz principio de la completa restauración».

Estos avisos, son ciertamente para Ecuador, pero no exclusivamente. Hay que considerar que en tiempos de la Madre Mariana, —la época colonial— las naciones sudamericanas no estaban definidas territorialmente como hoy en día.

Advertencias válidas para la Iglesia en todo el mundo

La Real Audiencia de Quito, en 1779

El actual territorio ecuatoriano formaba parte en aquel tiempo, de una jurisdicción mucho más amplia, cual era la Real Audiencia de Quito, que tenía amplias competencias jurídicas sobre un territorio cinco veces mayor que el actual Ecuador.

Formó parte del Virreinato del Perú, cuya autoridad, al menos teóricamente, se ejercía sobre toda Sudamérica e incluso incluía lo que hoy es Panamá, al norte, y Tierra del Fuego, al sur. Su vecino al norte, era el Virreinato de México, que llegaba hasta Alaska, extendiéndose por una gran parte del oeste de los Estados Unidos.

Por tanto, los acontecimientos anunciados por la Santísima Virgen del Buen Suceso, son de tal magnitud, que no podían dejar de involucrar a todas las naciones que actualmente forman el continente americano, incluyendo a naciones como Brasil, que recién nacían en ese entonces.

En Quito, Nuestra Señora dejó muy en claro que enormes conmociones sobrevendrían en América del Sur, la cual era parte del reino hispano.

Brasil, que formaba parte del reino de Portugal, estaba unido en ese tiempo al de España; la coronas portuguesa y española quedaron unidas por los reyes de la Casa de Austria: Felipe II, Felipe III y Felipe IV.

Brasil está entonces, también incluido en la profecía que, como los actuales acontecimientos lo demuestran, parece cumplirse en todos los países de América del Sur.

Pero, ¿por qué estas revelaciones sólo hablan de los países americanos y no del mundo entero? Aún cuando resulta imposible pensar que el vendaval de la crisis contemporánea no arrastre a todos los países del orbe.

Esto nos lleva a pensar que las naciones de América ciertamente desempeñarán un papel especial en los acontecimientos que Nuestra Señora anunció para el futuro.

Por eso, la lucha en América Latina para derrocar al diablo, con el consecuente triunfo de María Santísima, tendrá una especial importancia.

Mapa de América del Sur en 1640, elaborado en Amsterdam, en tiempos de las apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso, y cuyas revelaciones se refirieron a ese continente

¿Por qué la ciudad de Quito fue elegida por Nuestra Señora del Buen Suceso como sede de sus apariciones y revelaciones?

Quito fue la última capital del imperio Inca, fuertemente dominado por cultos demoníacos. Se comprende su importante rol en el momento en que la serpiente infernal sea aplastada por el talón de la Virgen.

El empeño –algo risible– de altísimas figuras eclesiásticas y temporales europeas de resucitar el culto satánico a la Pachamama es otra confirmación reciente de la lucha en la cual la Virgen aplasta a la serpiente.

La Inmaculada de Quito, de Bernardo de Legarda. Estupenda representación en la que Nuestra Señora domina a la serpiente encadenada, simbolizando la lucha en nuestro continente. Su creación data de 1734, un siglo después de la Aparición de Nuestra Señora del Buen Suceso, motivo principal de este artículo

¿Por qué fue escogida la Madre Mariana de Jesús Torres como depositaria de las Revelaciones?

Ella fue enviada a Quito por su tío, el rey católico Felipe II, para residir allí.

Que esta revelación fuese dada a una sobrina del Rey –y posiblemente una de las primeras personas de sangre real en radicarse en Sudamérica– es algo profético, además de muy bonito, digno y natural, con la grandeza de los hechos que vaticina la Santísima Virgen. Y es ahí donde aparece el simbolismo: la oscuridad es enorme, una luz celestial inunda la iglesia del Monasterio de la Inmaculada Concepción y luego Nuestra Señora enciende la lámpara del Sagrario

Son dos luces diferentes: una luz no es la de la lámpara; Es la Reina del Cielo quien aparece con una luz celestial y Ella misma, con otra luz, material, enciende la lámpara que se apagó.

En medio de la oscuridad, Nuestra Señora del Buen Suceso se apareció a la Madre Mariana de Jesús Torres, entonces una intensa luz iluminó el Coro Alto del Real Monasterio de la Inmaculada Concepción de Quito

Otras revelaciones privadas aprobadas por la jerarquía eclesiástica mencionan también una oscuridad total, no sólo en el sentido material de la palabra, sino en el sentido espiritual, intelectual y religioso.

En medio de eso, lo único que nos quedará es la certeza de la infalibilidad y la indestructibilidad de la Iglesia católica, nada más.

Sin embargo, en medio de esa oscuridad, debemos aguardar la aparición de María Santísima. Y debemos creer que Ella, con una gran luz, reavivará la llama apagada en la humanidad.

Nuestra Señora del Buen Suceso atribuye el apagarse de la llama a los pecados de los hombres. Por lo tanto, esta llama material es la Civilización Cristiana, y la llama espiritual es la fe católica, la cual en el futuro sería extinguida y luego restaurada en los pueblos sudamericanos.

He ahí primera razón simbólica por el que se apagó la vela del Santísimo.

Continuará.

Fuente:

Artículo del Sr. Luis Dufaur, publicado en aparicaodelasalette.blogspot.com y traducido por nuestro blog:
https://elinmaculadocorazondemariatriunfara.blogspot.com/2024/02/se-apaga-la-lampara-del-sagrario.html

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