El Partido del Socialismo y la Liberación (Socialism and Liberation Party, en inglés) aparece como uno de los primeros defensores de las protestas, que además está “vinculado a redes financiadas” por un multimillonario aliado del régimen chino
Las protestas, convertidas en actos de vandalismo en Los Ángeles, provocan un nuevo quiebre en la política estadounidense. El gobierno de Donald Trump ordenó el despliegue de 4000 efectivos de la Guardia Nacional y 700 marines mientras que el gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, junto a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, responden con un toque de queda.
Pero más allá de los reclamos que exigen el fin de las redadas masivas y de la pugna partidista que estos despiertan, están las investigaciones del FBI que podrían revelar el financiamiento del progresismo estadounidense, escondido detrás de estas protestas, junto a los tentáculos del comunismo chino.