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Historia

¿Fue el Imperio español un imperio colonial?

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Tenía colonias? ¿Puede hablarse de colonialismo español?Estos términos, en realidad, son anacrónicos y desajustados si se aplican al caso del Imperio español. Aclarar esto merece un hilo:
El concepto moderno de colonia, ya usado por los romanos, se desarrolla en los siglos XVIII y XIX con los imperios británico y francés. Designa territorios explotados por una metrópoli que los considera ajenos, inferiores o sin ciudadanía. No se corresponde con el caso español.
En la Monarquía Hispánica, los territorios de América, Asia y África no eran colonias, sino provincias del mismo cuerpo jurídico y político, integradas bajo la Corona española. No había una «madre metrópoli» y «colonias hijas», sino reinos diversos en un imperio común.
El Imperio español fue un imperio polisinodial, es decir, un imperio formado por múltiples reinos, virreinatos y provincias con estructuras jurídicas propias, bajo la soberanía común del monarca. América no era un «territorio exterior», sino parte del mismo complejo político.


En el Imperio español no existía la figura del «sujeto colonial». Todos los súbditos del rey -peninsulares, criollos, indígenas, mestizos- eran vasallos con derechos y deberes reconocidos por el derecho indiano y de cada territorio.
La administración americana replicaba las estructuras peninsulares: virreyes, audiencias, cabildos, universidades, obispados. Es así como América, el continente más importante, fue urbanizada, evangelizada y jurídicamente organizada como una prolongación integral de la Monarquía.
Para ello fueron clave la evangelización y el mestizaje -cultural, jurídico y también biológico-, que fueron rasgos estructurales del imperio en todos sus confines. La visión de una metrópoli explotadora y una América pasiva y subyugada es ajena a la lógica del Imperio español.

Así pues, el término «colonialismo español» fue una invención tardía, impulsada por la ilustración francesa, los liberales y por la leyenda negra anglosajona, empleándose para deslegitimar la Monarquía católica y justificar las independencias americanas.
Pero las independencias no fueron una ruptura entre colonia y metrópoli, sino una apropiación local del aparato imperial por las élites criollas; se alzaron con la tierra, pero conservaron muchas de las leyes, estructuras y privilegios heredados del orden virreinal.
Para comprender el Imperio español hay que usar categorías que no distorsionen esa realidad imperial, como la de colonia. Hay que hablar de virreinatos, repúblicas de indios y de españoles, provincias, capitanías generales, pactismo, fueros, imperio generador, derecho indiano…
Hablar de colonias españolas es repetir sin crítica doctrinas ajenas, empleadas para atacar y deslegitimar el legado hispánico. Es, en definitiva, una traición a la realidad histórica de la Monarquía Hispánica, del Imperio español, ante cuya mención muchos padecen urticaria.
No por eso debemos caer en el error contrario y decir que todo fue maravilloso. Simplemente hay que entender que el Imperio español tuvo sus luces y sombras, pero con una lógica muy distinta a la de imperios como el inglés, el holandés o cualquiera otro del momento.


Y por eso, quien quiera comprender la historia de España y de las naciones hispanas, debe dejar de usar categorías prestadas y empezar a pensar con categorías propias. Debe dejar de hacer el juego a quienes nos quieren divididos e ignorantes de nuestra realidad histórica.

https://x.com/Filomat_/status/1961045636712693799?t=NwgqYRZ751tDIcanjR_u7A&s=19

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