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20 años de la invasión de Irak: los vestigios de una guerra devastadora para la población civil

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Un soldado estadounidense del 187º Regimiento de Infantería patrulla la zona de Rushdie Mullah en Yusufiyah, al sur de Bagdad, el 19 de marzo de 2008.
Un soldado estadounidense del 187º Regimiento de Infantería patrulla la zona de Rushdie Mullah en Yusufiyah, al sur de Bagdad, el 19 de marzo de 2008.

Hace 20 años, Estados Unidos invadió Irak con el pretexto de «liberar» al país de Saddam Hussein. En pocos días, cayó el régimen del dictador, pero frente al surgimiento de grupos armados resistentes, los combates continuaron durante años. Las fotos de la prisión de Abu Graihb, enseñando prisioneros torturados y humillados, las masacres de civiles y los fallecidos, dieron otro tono a esta guerra. Lo que debía ser una liberación para los iraquíes los dejó con heridas indelebles y encerró al país en un caos político del cual no ha podido salir.

El 20 de marzo de 2003, las tropas estadounidenses invadieron a Irak y bombardearon su capital, Bagdad. Unos días después, el 9 de abril, el régimen dictatorial de Saddam Hussein cayó, al mismo tiempo que su estatua en la plaza de Firdos.

El entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declaró la victoria de su país y la de sus aliados en Irak, pero al mismo tiempo, sus tropas empezaron a enfrentarse a varias milicias y grupos armados resistentes que emergieron. Empezó un conflicto complejo y largo, que dejó a cientos de miles de muertos y cuyos objetivos nunca fueron alcanzados.

20 de marzo de 2003 - Inicio de la Operación Libertad Iraquí, Georges Bush, el jefe de la Casa Blanca, anuncia desde el Despacho Oval el inicio de las maniobras militares en Irak. En la noche del 19 al 20 de marzo, los primeros ataques alcanzaron Bagdad.
20 de marzo de 2003 – Inicio de la Operación Libertad Iraquí, Georges Bush, el jefe de la Casa Blanca, anuncia desde el Despacho Oval el inicio de las maniobras militares en Irak. En la noche del 19 al 20 de marzo, los primeros ataques alcanzaron Bagdad. AFP – LUKE FRAZZA

La invasión fue ilegal, según los principios de Naciones Unidas, y violó el derecho internacional. Para justificar su intervención, Bush argumentó que Saddam Hussein, un dictador en el poder desde hace más de 20 años, tenía armas de destrucción masiva y posiblemente mantenía vínculos con Al-Qaeda, la organización terrorista fundamentalista responsable de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York en 2001.

Sin embargo, unos meses después, se confirmó que Saddam Hussein no poseía tales armas y no tenía vínculos con Al-Qaeda. Y la lupa se pondría sobre los intereses de Estados Unidos —que también usaba el pretexto de «liberar» a Irak y «democratizar» al país— como ejercer influencia en un territorio con grandes reservas de petróleo.

Masacres de civiles y crímenes de guerra

Además de invadir ilegalmente a un país y violar su soberanía, Estados Unidos cometió numerosos crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos. La prisión iraquí de Abu Ghraib fue uno de los símbolos de la inaudita violencia de la guerra. Allá, había prácticas de tortura: la privación prolongada del sueño, la coacción para mantener posturas a veces extremadamente dolorosas, la exposición a música a alto volumen y a luz muy brillante.

Un detenido iraquí gesticula hacia los soldados estadounidenses a través de los barrotes de su celda en la prisión de Abu Ghraib, a las afueras de Bagdad, Irak, 17 de mayo de 2004.
Un detenido iraquí gesticula hacia los soldados estadounidenses a través de los barrotes de su celda en la prisión de Abu Ghraib, a las afueras de Bagdad, Irak, 17 de mayo de 2004. 

En abril de 2004, los medios estadounidenses publicaron fotos de soldados estadounidenses torturando a los detenidos. La más famosa enseñaba a un hombre con capucha, de pie en una caja, sosteniendo cables eléctricos en sus manos. Otras mostraban prisioneros desnudos, apilados unos sobre los otros, formando una pirámide humana, obligados a simular actos sexuales y a adoptar posturas humillantes.

También se cometieron masacres contra la población civil, como en el pueblo sunita de Haditha en 2005. Marinos estadounidenses mataron a familias enteras en sus casas, en total perdieron la vida 24 civiles, bajo el pretexto de que habían sido asesinados en una explosión. Otra historia que salió a la luz en los medios de comunicación estadounidenses.

Una guerra catastrófica en términos humanos

La guerra fue devastadora para la población civil. La parte de los iraquíes que recibió la intervención con esperanza de un cambio después del régimen de Saddam Hussein, se dio cuenta rápidamente que los bombardeos no cesaban y que los muertos se acumulaban. Se estima que más de 200.000 civiles iraquíes fallecieron en los combates, mientras que alrededor de 400.000 murieron por consecuencias de la guerra.

No solo cayó el régimen de Saddam Hussein, sino también las instituciones del país, por lo cual la gente ya no tenía acceso a la atención médica, al agua potable, a los servicios básicos, a los productos esenciales, entre muchos otros. Unos efectos que continúan hasta hoy.

«Si hablamos de consecuencias indirectas, también tenemos que pensar en decenas de miles de personas que quedan lastimadas, que no pueden trabajar o que no pueden desarrollar sus actividades regulares», explica Agustin Berea, académico de la Universidad Iberoamericana de México y especialista en la región de Medio Oriente, para France 24.

Berea añade que cuando un Gobierno cae «deja un vacío político y eso permite que colapse la infraestructura de salud, de servicios públicos, de luz, de agua». Todos estos son impactos, que, asegura, se seguirán viendo «a muy largo plazo».

Personas sunitas que huyen de la violencia caminan por una carretera en la ciudad de Ramadi, Irak, 15 de mayo 2015
Personas sunitas que huyen de la violencia caminan por una carretera en la ciudad de Ramadi, Irak, 15 de mayo 2015

La población iraquí también perdió un patrimonio cultural inmenso. Después de la toma de Bagdad, los saqueadores entraron a los museos de la capital, a las bibliotecas, a los sitios arqueológicos, destruyeron y robaron bienes culturales de gran valor, dejados sin protección por el Ejército estadounidense. Además, con los años de ocupación de las tropas, también se presentaron múltiples irregularidades en los inventarios de antigüedades y muchos bienes desaparecieron.

«Desde los primeros días de la invasión y hasta la fecha, la cantidad de artefactos invaluables, muchos de ellos que remontan a la historia de la Mesopotamia antigua, han desaparecido. En algunos casos sabemos que los destruyeron, en otros casos, estaban y después ya no estaban», explica Berea.

La puerta abierta al terrorismo fundamentalista

Si bien Estados Unidos estaba en medio de su guerra contra el terrorismo y contra el denominado por Bush como «el eje del mal», la guerra en Irak derivó directamente en reforzar varios grupos terroristas fundamentalistas y particularmente en la creación del autodenominado Estado Islámico.

Bajo el régimen de Saddam Hussein, la comunidad sunita gobernaba el país. Cuando Estados Unidos derrocó al Partido Ba’ath de Hussein y formó un gobierno chiita, los sunitas se vieron humillados y privados de su poder. Aparecieron corrientes sunitas fundamentalistas, diferentes de los movimientos sunitas tradicionales, que son de tendencia secular. Estas corrientes consideraban al régimen iraquí ilegítimo y se propusieron como misión devolver el poder a su comunidad.

El proyecto del autodenominado Estado Islámico nació en Irak, y su objetivo inicial era devolver a los sunitas el control del Estado iraquí.

Imponentes columnas de humo se elevan sobre la ciudad de Baghouz, en manos de combatientes del grupo Estado Islámico, el 18 de marzo de 2019 en Siria.
Imponentes columnas de humo se elevan sobre la ciudad de Baghouz, en manos de combatientes del grupo Estado Islámico, el 18 de marzo de 2019 en Siria.

Además, al poner en el poder a la comunidad chiita y al derrocar a un partido político secular, Estados Unidos creó divisiones entre las diferentes comunidades de Irak. Después de 2003, las tensiones entre sunitas y chiitas aumentaron, hasta llegar a un estado de guerra civil.

«El Gobierno de Saddam Hussein era una dictadura, pero era una dictadura secular, (…) cuando se cae el régimen de Sadam Hussein, (…) crea una oportunidad para muchos movimientos del islam político que empezaron a pulular por toda la región. Y pasa eso en Irak, pero también en Siria, cuando parece que el Gobierno va a caer, empiezan a salir todos estos grupos que llevaban mucho tiempo ahí», cuenta Berea.

Una inestabilidad política que perdura

Los iraquíes siguen viviendo en un país inestable, con un Estado débil, un sistema político corrupto y sin representación política.

El vacío político y la llegada al poder de los chiitas permitió a Irán —una República Islámica chiita— interferir en los asuntos políticos de Irak durante muchos años. Hasta hace poco, Teherán decidía quién llegaba al puesto de primer ministro en el país.

Además, aunque la guerra se acabó oficialmente, el país vive a menudo ataques por parte de varios grupos armados. 20 años después, unas 2.500 tropas estadounidenses siguen en el terreno para asistir al Ejército iraquí en su lucha contra los grupos que continúan intentando tomar el poder.

Gente hace sus compras en un mercado antes del mes de ayuno sagrado del Ramadán, en medio del aumento de los precios de los productos básicos como el aceite de cocina y el trigo, tras la invasión de Rusia a Ucrania, en Mosul, Irak 31 de marzo de 2022. REUTERS/Khalid Al-Mousily
Gente hace sus compras en un mercado antes del mes de ayuno sagrado del Ramadán, en medio del aumento de los precios de los productos básicos como el aceite de cocina y el trigo, tras la invasión de Rusia a Ucrania, en Mosul, Irak 31 de marzo de 2022. REUTERS/Khalid Al-Mousily REUTERS – KHALID AL-MOUSILY

«Técnicamente, la guerra se acabó en términos de involucramiento internacional. Pero en términos de conflicto interno, sigue muy activa y no pasan más de una o dos semanas sin que ataques entre distintas facciones continúen», concluye el especialista.

La invasión de Irak por parte de Estados Unidos alteró y transformó a largo plazo el horizonte iraquí. La población todavía sufre de la falta de instituciones y de los efectos económicos perdurables de la guerra. La estabilidad que les habían prometido en un principio nunca llegó.

Fuente: France 24

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