Historia
LOS MEJORES BARCOS DEL IMPERIO ESPAÑOL
Somos herederos de un Imperio que gobernó los mares con autoridad.
Para poder hacerlo, se construyeron los mejores barcos que el mundo hubiera visto.
La Santísima Trinidad, botado en La Habana en 1769, fue el navío más grande de su época, conocido como «El Escorial de los Mares». Con 140 cañones y cuatro puentes, requería más de 1000 tripulantes. Participó en la guerra de Independencia de los EE.UU.y en varias batallas importantes, incluyendo Trafalgar, donde fue capturado y hundido. Actualmente, protagoniza una exposición en el castillo de la Real Fuerza de La Habana.
La expedición de Cristóbal Colón hacia las Indias incluyó tres barcos: la Santa María, la Pinta y la Niña. La Santa María, la más grande, era lenta y transportaba a Colón y 39 hombres; encalló cerca de Haití en 1492, y sus restos se usaron para construir el Fuerte Navidad. La Pinta, la más rápida, fue la primera en avistar tierra y en regresar a España con noticias y productos del Nuevo Mundo. La Niña, de menor tamaño, fue utilizada por Colón para regresar a la península.
La Real fue una galera española que destacó en la batalla de Lepanto en el siglo XVI, liderando la flota de La Santa Alianza bajo el mando del infante Don Juan de Austria. Esta nave, equipada con cinco cañones en proa y lujosamente decorada en rojo y oro, estuvo en el centro del conflicto. Hoy, una réplica de La Real se exhibe en el Museo Marítimo de Barcelona.
“El Glorioso”, también conocido como San Ignacio de Loyola, fue un navío español con 70 cañones que ganó fama en 1747 al enfrentar y humillar a una docena de barcos británicos mientras protegía una valiosa carga proveniente de Veracruz. Pese a rendirse tras cinco combates y ser capturado, su valentía en la «Carrera del Glorioso» quedó inscrita en la historia naval, siendo incluso reconocida por los propios británicos.
El galeón San Martín, comandado por Don Álvaro de Bazán, fue un buque destacado en la Armada del unificado reino de España y Portugal. Aunque es conocido por su participación en la Armada Invencible, logró regresar a España gracias a la habilidad de su tripulación, participando en rescates heroicos y múltiples escaramuzas.
El galeón Nuestra Señora de Atocha fue el barco más famoso de la flota española y naufragó en el año 1622 a 60 km de La Habana, frente a las costas de Florida cerca de las Islas de los Cayos. Tras varios retrasos y contratiempos, fue atrapado por un huracán y se hundió rápidamente, dejando solo cinco sobrevivientes. Los esfuerzos de rescate fracasaron debido a la profundidad del naufragio, y un segundo huracán dispersó aún más los restos, haciendo imposible recuperar su tesoro.
El San Mateo, la «roca flotante» del Imperio español, enfrentó heroicamente a ocho galeones franceses en la batalla de las Terceiras en 1582. A pesar de sufrir un intenso ataque de dos horas y recibir más de 500 proyectiles, los 250 soldados castellanos a bordo resistieron valientemente, manteniendo su posición y evitando que el galeón fuera abandonado.
El «San Pelayo» fue uno de los primeros galeones españoles, diseñado para cruzar el Atlántico con mercancías. Formó parte de la flota de Pedro Menéndez que llegó a Florida en 1565, y fue uno de los cinco barcos que logró arribar. Desembarcaron el 28 de agosto, día de San Agustín, nombre que tomaría la nueva ciudad fundada por los españoles. El galeón fue apodado «The Eagle» por los ingleses, en honor al águila bicéfala de los Austrias que llevaba en su vela mayor.
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