«La realidad es que las personas huyen de gobiernos que no generan oportunidades»: Martha L. Ramírez ex canciller

Esta decisión representa un retroceso significativo en los logros alcanzados en nuestra relación bilateral y genera impactos directos en los derechos de movilidad de nuestros ciudadanos.

A continuación, expongo mi posición:

1. Durante mi gestión como Canciller y el liderazgo del Presidente de la República, el de nuestros dos embajadores, Antonio José Ardilla y Álvaro Gómez, así como el magnífico trabajo del Embajador británico en Colombia, Collin Martin Reynolds, logramos eliminar la visa para los colombianos en el Reino Unido en 2022, en el marco del tratado de libre comercio post-Brexit. Ello suponía una corresponsabilidad del gobierno colombiano en evitar el aumento descontrolado de migrantes hacia el Reino Unido.

2. Hoy, desafortunadamente, vemos el abuso de las solicitudes de asilo y de refugio, sin ninguna estrategia del gobierno de Gustavo Petro. Tal parecería que tiene el empeño de competir con su amigo Nicolás Maduro en ver si también saca 8 millones de colombianos, de nuestro país. Además, la falta de rigor de la misión diplomática en Londres, liderada por el Embajador Roy Barreras, quien pasa más tiempo en Colombia que en el Reino Unido, ha contribuido a esta situación.

3. Las autoridades colombianas tenían conocimiento previo de esta decisión, pero optaron por guardar silencio, dejando que los colombianos continuaran comprando tiquetes y planeando viajes sin advertirles con suficiente antelación. La política exterior y decisiones tan delicadas no se solucionan buscando una reunión en corredores del G-20, como sucedió en Brasil la semana pasada, cuando el Presidente Petro buscó al Primer Ministro, simplemente porque su embajada no había hecho la tarea en Londres. Este tipo de temas requieren una gestión formal y no improvisada.

4. Uno de los argumentos más sólidos que presentamos para lograr la eliminación de la visa fue la confiabilidad del pasaporte colombiano. Sin embargo, el actual escándalo en torno a la emisión de pasaportes, con la entrada en operación de una nueva empresa que podría poner en riesgo los estándares internacionales de calidad, ha afectado la percepción de confiabilidad de este documento, contribuyendo a la decisión del Reino Unido.

5. No podemos seguir romantizando el fenómeno migratorio con discursos que lo presentan como «ríos de personas huyendo por el agua». La realidad es que las personas huyen de gobiernos que no generan oportunidades, no garantizan empleo ni educación, y que además afectan la democracia. Debemos abordar las causas estructurales de este problema con seriedad y responsabilidad.

6. Aunque el principio de reciprocidad es válido, anunciar la exigencia de visa a ciudadanos británicos de forma inmediata y poco estratégica no contribuye a una eventual renegociación de esta medida. Estas decisiones deben tomarse con visión diplomática y siempre priorizando los intereses del país.

 *Es fundamental que esta situación se gestione con seriedad, liderazgo y visión estratégica para evitar mayores impactos en los derechos de movilidad de los colombianos y fortalecer las relaciones bilaterales con el Reino Unido.

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Marta Lucía Ramírez