El presidente de Colombia, Gustavo Petro, alias comandante Aureliano durante su etapa como guerrillero terrorista del M-19, ya está en España. Como buen líder del comunismo castrochavista llegó a Madrid para ser tratado a cuerpo de rey como le gusta al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, agasajar a sus camaradas. Pernocta durante su visita de Estado en el Palacio de El Pardo y su séquito permanece alojado en el lujoso Ritz de la capital.
Y si eso no fuera suficiente, el presidente colombiano se desplaza por las calles madrileñas constantemente en el deslumbrante Rolls Royce que Franco adquirió en 1952 y es custodiado por un ejército de más de medio millar de integrantes de la guardia real. Todo muy en la línea de las contradicciones de la izquierda.
El presidente del gobierno colombiano tiene una fijación obsesiva por la figura de Francisco Franco. Por ejemplo, en más de una ocasión ha dicho que durante su etapa estudiantil en un colegio de La Salle en Colombia recibió una educación «franquista» y que «los estudiantes colombianos salían muy influenciados por el dictador español». A ello se suma su teoría de que Franco, que nunca salió de España durante su gobierno, «fue el fundador del conservadurismo colombiano».
Ante tal cúmulo de disparates no sería de extrañar que Petro, a la conclusión de su viaje a España, venga a decir que ha visto el fantasma del dictador o que incluso ha mantenido una conversación con él en una de sus noches en El Pardo.
Petro dirá que el Rolls Royce se lo ha puesto su amigo Pedro Sánchez, pero él es quien viene desde Colombia con un médico, varios enfermeros y dos técnicos sanitarios, además del séquito ministerial que lo acompaña. Éstos son el ministro de Asuntos Exteriores, Álvaro Leyva; la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez; el ministro de Comercio, Germán Umaña; la ministra de Educación, Aurora Vergara; y el ministro de Transporte, Guillermo Reyes.
Petro, contra el pasado español
Petro recibirá el Collar de la Orden de Isabel la Católica y distintas condecoraciones serán entregadas a los miembros de su gobierno. Llama la atención que Petro sea homenajeado con dicha orden después de haber respaldado las movilizaciones indigenistas en Colombia, donde varios monumentos de españoles históricos como Isabel la Católica estuvieron a punto de ser destruidos. De hecho, hace unos años el gobierno colombiano tuvo que desmontar y trasladar temporalmente el monumento de Isabel la Católica en Bogotá, porque un grupo de indígenas Misak -aliados electorales de Petro-quisieron acabar con él.
Horas antes de llegar a España el presidente de Colombia pronunció un fuerte discurso radical contra el pasado histórico de su país y la presencia de los descubridores españoles. A continuación, señaló que el pueblo luchó en su momento para quitarse de encima el yugo español para «destronar reyes y duques y príncipes, de acabar con privilegios, de acabar con un régimen productivo de esclavistas que condenaban al hombre negro a ser esclavos por perpetuidad». A lo largo de los años, Petro se ha referido a los expedicionarios españoles como conquistadores genocidas.
La agenda del presidente colombiano incluirá este miércoles una reunión con Pedro Sánchez en La Moncloa; con el rey Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela; recibirá la Llave de Oro de la ciudad por parte del alcalde, José Luis Martíne Almeida. Y acabará el día con una cena de gala en el Palacio Real. Todo muy propio de la izquierda caviar.
Fuente: OK Diario
