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No hubo encuentro con Kim Jong-un: ¿un desaire para Trump?

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El presidente de Estados Unidos pasó semanas tratando de visitar Pyongyang. Pero, a diferencia del primer mandato de Trump, ahora el líder norcoreano cuenta con nuevos y poderosos aliados.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abandonó Corea del Sur tras concluir su breve gira por Asia sin lograr uno de sus principales objetivos: reunirse con el líder norcoreano Kim Jong-un. El republicano atribuyó lo ocurrido a problemas de agenda.

Durante las conversaciones con el presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, Trump dijo que le preocupaba el «desarrollo nuclear de Corea del Norte, porque amenaza de forma significativa la seguridad de la península coreana y el noreste de Asia».

A la vez, dejó la puerta abierta al diálogo con Pyongyang, afirmando que mantiene una «buena relación» con Kim. Sin embargo, los expertos señalan que la situación geopolítica mundial ha cambiado drásticamente desde que ambos líderes se reunieron en Singapur, Hanói y la Zona Desmilitarizada (DMZ) entre Corea del Norte y Corea del Sur, durante el primer mandato de Trump, y que ahora Kim ha cultivado una relación más cercana, tanto económica como militar, con Rusia.

«Kim tiene amigos nuevos y poderosos»

Pese a los deseos de Trump, Choo Jae-woo, profesor de política exterior de la Universidad Kyung Hee de Seúl, dice que un encuentro personal entre Kim y el mandatario estadounidense era más que improbable.

«No iba a suceder», dice el especialista. «Las reglas del juego han cambiado, y si bien no diría que esto fue un desaire, Kim sin duda tiene amigos nuevos y poderosos a los que recurrir».

Estas amistades quedaron expresadas inequívocamente en los días previos a la llegada de Trump a la región, cuando Vladimir Putin recibió en Moscú al ministro de Exteriores norcoreano, Choe Son-hui, a quien le pidió que le «enviara saludos» a Kim.

Líderes de varios países, entre ellos Xi Jinping y Kim Jong-un, caminan sobre una alfrombra roja.
Kim Jong-un camina junto a los líderes de China y Rusia. Los nuevos amigos le dan más confianza de cara a Trump.Imagen: Sergei Bobylev/Sputnik/AP Photo/dpa/picture alliance

El miércoles 29 de octubre de 2025, en tanto, Corea del Norte anunció el lanzamiento de una andanada de misiles de crucero tierra-mar contra objetivos en el Mar Amarillo. Y la semana pasada, antes de la visita de Trump a la región, Pyongyang llevó a cabo una prueba de misiles balísticos, la primera de este tipo desde que Lee Jae-myung asumió la presidencia de Corea del Sur en junio.

Las propuestas de Trump, ignoradas

Las repetidas ofertas de Trump para reunirse con Kim no obtuvieron siquiera respuesta. «Personalmente, no creo que Corea del Norte haya tenido jamás la intención de aceptar un encuentro entre ambos líderes», dice a DW el experto ruso Yakov Zinberg, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Kokushikan de Tokio.

En su opinión, los asesores de Trump querían que se produjera un encuentro para sembrar discordia entre Pyongyang y Moscú, pero Rusia «sabía perfectamente lo que estaba sucediendo y utilizó sus propias tácticas para detener esto, organizando reuniones paralelas entre el ministro de Exteriores norcoreano y el presidente ruso en Moscú».

A diferencia de años anteriores, Corea del Norte está mostrando a Estados Unidos, Corea del Sur y Japón que tiene más confianza en su posición internacional, porque tiene a una superpotencia a sus espaldas. Zinberg destaca, además, las armas, la tecnología avanzada, el combustible y los alimentos que no hace mucho estaban fuera del alcance norcoreano por las sanciones, pero que ahora están disponibles gracias al respaldo de Moscú.

«El mensaje es que Corea del Norte ya no está sola, que el país es una potencia y que no necesita responder cada vez que Trump habla», apunta Zinberg.

Esto supone un problema para el presidente de Estados Unidos, complementa Choo, que se pregunta qué precio deberá pagar Washington para que Kim vuelva a la mesa de negociaciones, y si ese precio no será demasiado elevado para los aliados estadounidenses en la región.

¿Reconocerá Trump el estatus nuclear de Corea del Norte?

El temor es que la zanahoria que Trump quiera ofrecer a Kim sea el reconocimiento de Corea del Norte como potencia nuclear. Trump lo insinuó antes de viajar a Asia, cuando dijo que «son una especie de potencia nuclear, sé cuántas armas tienen; lo sé todo sobre ellos».

Aceptar a Pyongyang como potencia nuclear pondría fin a una postura de larga data de Estados Unidos y sus aliados: que Corea del Norte debe abolir su arsenal nuclear para que se levanten las sanciones internacionales y pueda reintegrarse en la comunidad global.

Pero adoptar esa decisión expondría a Corea del Sur, que no posee armas nucleares, y al vecino Japón, a riesgos de seguridad aún mayores y, con toda probabilidad, desencadenaría una carrera armamentista en toda la región.

«Para Corea del Norte, eso sería un premio enorme y podría atraer a Kim nuevamente a la mesa de negociaciones», dice Choo. «Pero desde la perspectiva de Corea del Sur, en este momento, antes de que se establezcan otros acuerdos y garantías, esa es una concesión inaceptable».

Fuente: DW

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