Generar energía eólica y solar para la Guajira a orillas del Caribe. Electrificar con biomasa la Amazonía. Lograr energía de las mareas del Pacífico en la región del Chocó. Esas tres regiones colombianas ejemplifican la transición energética y la descarbonización que se plantea en Colombia. También ejemplifican la búsqueda de la transformación estructural deseada: llevar electricidad a esos territorios, históricamente relegados y conflictivos, significaría su inclusión.

«Para llegar a un territorio de esos, puedes tardar tres días”, explica a DW Javier Campillo, director general del Instituto de Planificación y Promoción de soluciones energéticas para zonas no interconectadas. «Estas comunidades históricamente apartadas, al no tener acceso a la energía, tampoco tienen acceso a la comunicación. Estamos trabajando en llevar energía que alimente torres de comunicación. Y que lleve educación virtual y acceso al Gobierno digital”, explica Campillo, en pleno desarrollo de los planes de transición energética justa en el marco de «La Paz total” del presidente Gustavo Petro.

En el Foro Unión Europea-Colombia, «Inversiones digitales, verdes y justas para un crecimiento sostenible e inclusivo”, que tuvo lugar esta semana en Bogotá, se trataba precisamente de identificar los objetivos y necesidades a ambos lados del océano para llevar inversiones y generar las transformaciones verdes que se requieren. Banca, empresariado e instituciones europeas se encontraron con sus homólogos colombianos. La Alianza Digital que propone Europa (con 145 millones de euros para América Latina) está sobre la mesa.

Momentos coinciden

«La tecnología cambia el equilibrio del poder”, afirmaba en el Foro Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización en España. Javier Campillo, por su parte, está convencido de que «la tecnología debe servir para cambiar la sociedad”. El momento es crucial.

«La Unión Europea está viviendo un proceso de reindustrialización”, sigue Campillo, exdecano de la facultad de ingeniería de la Universidad Tecnológica de Bolívar de Colombia.

«Si en la década de los 2000, Europa localizó en China toda la producción fotovoltaica alemana, ahora se da cuenta de que no puede entregar su  soberanía tecnológica a un solo país. La reindustrialización que están llevando a cabo es ya con tecnologías limpias como el hidrógeno”, afirma. El proceso de descarbonizaciónque estaba en curso en los países europeos, se vio impactado por la falta de los suministros combustibles debido a la guerra contra Ucrania.

Riesgos y oportunidades

«En 2022, Colombia suministró el 9 por ciento del carbón que consumió Alemania, cuando este volumen nunca había superado el 2 por ciento. Pero este pico de colaboración, que nos ha traído ingresos considerables, va a ser de muy corto plazo, porque Europa está sacando los prototipos de las universidades para acelerar su desarrollo tecnológico y evitar otra crisis de este tipo”, informa Campillo, que ha liderado varios proyectos de electrificación rural sostenible.

«Apuesto más por aprovechar la coyuntura para generar asociaciones a largo plazo en temas energéticos y combustibles descarbonizados”, agrega.

La infraestructura y la tecnología para hidrógeno verde en Colombia y toda América del Sur, así como la posibilidad de crear un corredor verde de exportación a través del Canal de Panamá hacia los países europeos, podrían financiarse también con inversiones europeas. Ese es el plan de Bruselas con su Global Gateway, que cuenta con movilizar 300.000 millones de euros para invertir en países socios (de ellos 6.050 para América Latina).

Por lo pronto, Colombia y América Latina aún tienen potencial energético en hidrocarburos que va generar ingresos importantes. «Es el momento aprovechar el impulso e invertir en nuevas tecnologías. Tener un proceso de transferencia de conocimiento”, apunta Campillo. En el marco del Global Gateway, se prevé promover inversiones en energías limpias con valor añadido.

«Cuando tienes fuentes como la solar, la eólica y la geotermia, los procesos requieren de mucha tecnología. Cuando hablamos de electrificación del transporte, por ejemplo, estamos hablando de baterías de litio y componentes electrónicos. Y si bien la capacidad de producción enla UE es muy buena, esta es limitada para la demanda que van a tener”, añade el especialista, subrayando que el intercambio que se anuncia va a favorecer a ambos.

¿Favorocerá también a esos territorios donde aún impera la violencia? «Hay zonas donde hay muchísimo conflicto por la coca, pero las comunidades no tienen otra opción que vivir de ese cultivo ilícito. Por eso, estamos discutiendo la posibilidad de apoyarlos para cultivos lícitos con alto valor añadido como el cannabis medicinal.  Pero ese cultivo es muy intensivo en cuanto a energía. Queremos llegar de la mano de alternativas lícitas y sostenibles”, agrega Campillo, que ve muchas ventajas en este acercamiento de la inversión verde europea para «La Paz Total”. (ms)

Fuente: Sistema Integrado Digital