Hermosa tradición matrimonial católica

En Croacia existe una hermosa tradición matrimonial. Cuando los novios van a la iglesia para casarse llevan consigo un crucifijo. El sacerdote bendice el crucifijo y, en lugar de decir que han encontrado la pareja ideal con la que compartir sus vidas, exclama: “¡Has encontrado tu cruz! Es una cruz para amar, para llevar contigo, una cruz que no se debe tirar, sino más bien cuidar”. Cuando intercambian los votos matrimoniales, la novia pone su mano derecha sobre el crucifijo y el novio pone su mano derecha sobre la de ella. Ambos están unidos a la cruz. El sacerdote cubre sus manos con su estola mientras pronuncian sus promesas de amarse en las buenas y en las malas, proclamando sus votos de fidelidad según los ritos de la Iglesia. Luego, ambos besan primero la cruz, no el uno al otro. Si uno abandona al otro, abandona a Cristo en la cruz. ¡Pierde a Jesús!  Después de la boda, los recién casados ​​cruzan el umbral de su casa para entronizar ese mismo Crucifijo en un lugar de honor. Éste se convierte en el punto de referencia de sus vidas y en el lugar de la oración familiar, pues los jóvenes esposos creen profundamente que la familia nace de la Cruz.

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