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En cada época, Dios suscita almas ocultas para sufrir e interceder por su Iglesia.

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En 1610, en Quito, Ecuador, una monja de clausura vio aparecerse a la Virgen María.

La Madre de Dios pronunció aterradoras profecías sobre el siglo XX:
>Una crisis en la Iglesia
>El colapso de la moral
>El auge del mal en las altas esferas

En el Convento de la Inmaculada Concepción, una monja española llamada Madre Mariana de Jesús Torres vivió una vida oculta de oración y sacrificio.

 

Recibió numerosas visitas de la Virgen María, quien se hacía llamar “Nuestra Señora del Buen Suceso de la Purificación”.


La Virgen habló de terribles pruebas que sobrevendrían a la Iglesia, especialmente en la “segunda mitad del siglo XX”.

Advirtió sobre:
>Una gran pérdida de la fe, incluso entre sacerdotes y obispos
>La corrupción y la impureza sexual se extendían por todo el mundo
>Un colapso general del orden social y religioso.
María describió cómo la luz de la fe parecería casi extinguirse y la Iglesia se vería sumida en una época de gran sufrimiento.

Pero Ella prometió que, en medio de la oscuridad, sus hijos fieles permanecerían, pocos en número, pero fuertes en Dios.
Una de las profecías más impactantes:

Predijo el dogma de la Inmaculada Concepción, ¡que no fue proclamado hasta 1854!

En el siglo XVII, la Madre Mariana ya veneraba a María como la Inmaculada Concepción, mucho antes de que fuera enseñanza oficial de la Iglesia.
La Virgen también pidió que su imagen fuera esculpida y venerada bajo el título de Nuestra Señora del Buen Suceso.

La estatua se completó milagrosamente con la ayuda de ángeles y santos.

La propia Madre Mariana presenció el milagro:
> San Francisco de Asís, San Sebastián y San Ignacio de Loyola aparecieron, junto con una multitud de ángeles, para terminar la obra.

La propia Virgen María guió el proceso y aprobó la imagen terminada, diciendo: «Está bien hecha, según mi voluntad y deseo».

A la mañana siguiente, las hermanas encontraron la estatua milagrosamente terminada, resplandeciente de una belleza sobrenatural.

Permanece en Quito hasta el día de hoy, venerada por innumerables peregrinos.
La Madre Mariana sufrió por los pecados del mundo.

Ofreció su vida en reparación por los sacerdotes y religiosos que traicionarían sus votos.
Llevó en cuerpo y alma los sufrimientos de la futura Iglesia.

Una verdadera víctima oculta.
El mensaje de Quito es sorprendentemente similar al de otras apariciones aprobadas, como:

>La Salette (1846)
>Fátima (1917)
>Akita (1973)

Cada advertencia de:
>Apostasía en la Iglesia
>Colapso moral
>Una purificación venidera antes del triunfo final.

La festividad de Nuestra Señora del Buen Suceso se celebra el 2 de febrero, la festividad de la Purificación (Candelaria).

Su mensaje sigue siendo urgente hoy:
>Oren por la Iglesia.
>Permanezcan fieles en la oscuridad. Confía en que Cristo y su Madre triunfarán.
En cada época, Dios suscita almas ocultas para sufrir e interceder por su Iglesia.

La Madre Mariana fue una de ellas.
¿Estamos listos para ser los siguientes? ¿Ya casi está aquí el Gran Monarca?

¡Oh, Virgen del Buen Suceso, ruega por nosotros!
https://x.com/trad_west_/status/1941586081566097871?t=-z7Ls474v5gNCinWVaCh6Q&s=19

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