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«Vive como piensas so pena de terminar pensando como vives»: Henry de la Rochejaquelein para no incurrir en herejía blanca o falsa moderación.

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Herejía es un error en materia de Fe y Moral Católica.

El hereje es un sujeto contumaz que esparce el error, la herejía, causándole gran daño al mensaje del Salvador, Nuestro Señor Jesucristo.

El hereje sabe que está equivocado pero lo mueve más la soberbia y el desorden de sus emociones, pasiones;  y sobre todo lo mueve el odio al Creador y su obra. Es quien optó por la maldad como hizo Luzbel.

Justifica el error incluso quitándole la vida a otros o arriesgando la suya.

Hay diferentes matices de errores doctrinales:

Todas son muy dañinos. Unos parecen mas perversos, más contrarios a la Fé y chocan más al creyente. Podríamos decir que es herejía negra.

Por ejemplo los cátaros creían que el mundo material era malo y obra del demonio. Fué condenado y combatido con  toda energía hasta derrotarlo, por el papa Inocencio III en 1209, inclusive convocando a una cruzada militar después del asesinato de su enviado Pierre de Castelnau.

Pero otros  errores parecen mas tenues, mas desapercibidos y portanto pueden causar mas estragos entre los católicos.

No pareciera, pero sí son errores garrafales que van llevando las almas a los más aterradores desvíos.

El Dr. Plinio Correa de Oliveira agudo pensador católico, contrarrevolucionario, enseña que la revolución atea y materialista, comunista, satánica, se ha valido de una herejía que ha llevado a muchos espíritus desprevenidos a claudicar poco a poco, al enfriamiento espiritual y finalmente a renegar de sus creencias verdaderas y hasta contribuir a esparcir ideas heréticas, erróneas, revolucionarias, opuestas al orden fruto de las ensenanzas de Jesús. Este error lo definió como herejía blanca. Tenemos entonces que la falsa moderación que es muy distante de la virtud, es herejía blanca.

Un error doctrinal blanco, a veces sutil, que se plasma en una actitud nada vigilante, ante las acechanzas de las fuerzas del mal, de los enemigos de la Iglesia Católica, de la Civilización Cristiana, del principe de las tinieblas.
Se manifiesta en las artes piadosas, como el aspecto afeminado, idiota de las imagenes de los santos, de los Ángeles, del mismo Cristo, de la virgen María.
En los escritorios, discursos cristianos carentes de equilibrio y ponderación auténticos.
En los ambientes que invitan al hedonismo so pretexto del descanso y del confort.
En las costumbres aparentemente correctas pero sin autenticidad cristiana.
En un remedo de cultura, de Civilización que no es movida por el ardiente y combativo amor al supremo sacrificio de Jesús en la Cruz para redimirnos del pecado original y sus consecuencias.
La herejía blanca es un arma mortal de la revolución que viene destruyendo la Cristiandad, es una trampa que destruye el ideal del Genuino Católico, caballero de Cristo que lucha contra sus malas tendencias, contra los enemigos de Dios Nuestro Señor. Lo primero que  San Luis Rey de Francia le enseñó a su hijo es que amara al Señor Dios, con todo el corazón y con todas sus fuerzas». Nada de mediocridad, nada de herejía blanca.

Por ejemplo, muchas personas se vuelven marxistas, tribalistas porque no fueron enérgicos espiritualmente, ideológicamente para rechazar la aparente moderación de la social democracia.

Tenemos entonces que la falsa moderación que es muy distante de la virtud, que es el real equilibrio del alma es herejía blanca
Todos estamos en peligro de sucumbir ante esa falsedad contraria a las Sagradas Escrituras, al Magisterio Eclesiástico, a las legítimas tradiciones cristianas.
Es tan nocivo el terrorista que trata de imponer a sangre y fuego el error, el hereje que difunde las más burdas falsedades tratando de apartar a las ovejas del rebaño de Jesús, como el hereje blanco, blando que destruye poco a poco los cimientos de la Sagrada Fé.
Volvamos los ojos siempre a Nuestro perfecto modelo de vida emociónal, de pensamiento, de acción, de virtud. Él nos muestra el auténtico camino que lleva a las almas a la recuperación de la Cristiandad, para llevar a la humanidad al reino del corazón de María, que no es otro si no el Reino de Cristo.

Por eso es tan importante «que vivamos heroicamente acorde con nuestros ideales católicos so pena de terminar pensando como paganos»: como nos advirtió sabiamente Henry de la Rochejaquelein. Debido a que la falta de firmeza en los principios es sin duda un error, el error de la herejia blanca raiz de todos los males.

Leonardo Calvo O.

Reflexiones personales

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