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Dos caras de una moneda: el caso de Jesús Armando Arias Cabrales

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Mientras al general Jesús Armando Arias Cabrales se le persigue y humilla, al hampón terrorista se le exalta y le abren ilegal puerta para ingresar a negociar a sus anchas y armado. Se repite la historia. Así jamás tendremos paz.

La base de una negociación es identificar un objetivo común, propósito, quizás, ausente en los múltiples procesos de paz que se han adelantado en el territorio de Colombia, pues no obstante el apoyo que han tenido del pueblo colombiano, el que ha cedido en sus derechos para alcanzar ese fin y la benevolencia de los gobiernos para concederle a la insurgencia amnistías, indultos, privilegios y beneficios, ésta mantiene su designio de continuar en la “guerra” pese a manifestar su intención de acogerse a los acuerdos.

Probablemente es la combinación de todas las formas de lucha, como se viene evidenciando en el proceso de paz con las FARC y las autodenominadas disidencias, y en el pasado, entre otros, el adelantado por Belisario Betancur con el M-19, el que culminó con la toma a sangre y fuego del Palacio de Justicia por parte de ese grupo terrorista, quienes tenían el encargo de destruir los expedientes que involucraban al capo Pablo Escobar, quien, en palabras de su sicario Popeye, financió la operación. Más ese luctuoso y criminal suceso no concluye ahí, sino que con el correr del tiempo se ha visto que por defender la institucionalidad y la democracia se ha hecho sentir, contrario a lo que debería ser, la venganza contra quienes actuaron en el marco del ejercicio de sus deberes.

En la sangrienta toma y posterior recuperación del palacio las FFMM y de Policía cumplieron meritoria labor, como correspondía a sus funciones. No imaginaron que terminarían enredados en los vericuetos judiciales y en el acosamiento desatado por colectivos que no han buscado la verdad, sino sacar avante su animadversión a las Fuerzas Militares y a la Policía.

Es así como el general Jesús Armando Arias Cabrales ha tenido que soportar con estoicismo la infamia de una persecución.
En procura de su libertad y con ánimo de contribuir a la justicia transicional se sometió a la JEP (la misma JEP que a la fecha no ha proferido sentencia alguna contra las FARC). La Sala de definición de situaciones jurídicas mediante resolución 1571 de 2020 aceptó su sometimiento y le exigió la “presentación de un compromiso claro, concreto y programado de aportes a la verdad, justicia y reparación y garantía de no repetición en atención al régimen de condicionalidad al que se encuentra supeditada su permanencia y goce de beneficios provisionales”.

Atendiendo su compromiso, como lo vimos los colombianos, concurrió el 17 y 18 de enero de 2023 a entregar su versión y aporte de la verdad de las circunstancias que se dieron en la retoma del Palacio de Justicia. En el sentir de los magistrados de la Subsala especial F no se obtuvo la verdad completa y por ello se dispuso excluir de la competencia preferente y prevalente de la JEP al señor General.

Como contra esa decisión proceden los recursos de reposición y apelación a la luz de los artículos 12 y 13 de la ley 1922 de 2018, el señor General hizo uso de ellos por lo que no está en firme la reprochable actuación.

Teniendo conocimiento de que la decisión está recurrida el enemigo de entonces, hoy en la Presidencia de la República, se aprestó a expedir el decreto 0518 de 12 de abril de 2023 para designar un Ministro de Defensa ad hoc para conocer y resolver la petición de Diana López, Helena Urán y Gonzalo Guillén, quienes en escrito de enero 23 de este año solicitan “retirar de manera inmediata, oficial y pública la Medalla Servicios distinguidos en Orden Público al distinguido General Arias”.

El General está afrontando con valor el absurdo viacrucis que le llevaría de nuevo a prisión, a los ochenta y tantos años. Esto poco o nada ha interesado a los medios. A la par surge la figura de alias Mordisco en medio de un grotesco, abusivo y desde luego ilegal espectáculo, ampliamente difundido.

Su verdadero nombre es Néstor Gregorio Vera Fernández. Lleva unos 22 años alzado en armas. En el año 2016, durante el proceso de paz del gobierno Santos con las FARC, este personaje se declaró en disidencia, en desacuerdo con la negociación y con cualquier clase de salida política. Y tomó la vocería de guerrilleros inconformes de los diferentes frentes constituyendo el Frente Primero de las antiguas Farc – Ep.

Siempre se ha tenido la creencia y lo más probable es que así sea, que esa posición se trató de una estrategia de esa guerrilla, idea que se fortalece al observar los brazaletes de las FARC que ahora utilizan. Las disidencias no existen.

Invariablemente rechazó las negociaciones, la sustitución de cultivos ilícitos y a la población civil y comunidades indígenas de las cuales es enemigo acérrimo. Y cerca de un año más tarde se le unió Gentil Duarte, quien había regresado de Cuba y ambos formaron un nuevo secretariado.

Hacia el 2021 se presentaron problemas entre Mordisco y la Segunda Marquetalia, al mando de Iván Márquez. En mayo de 2022 fue asesinado en Venezuela Gentil Duarte y se dijo entonces que Mordisco había sido neutralizado. Pero reapareció poco después con un grupo de hombres armados y dijo querer dialogar con el gobierno en el marco de la Paz Total. Ahora se ha presentado en las Sabanas del Yarí, fuertemente armado y como jefe de algo llamado Estado Mayor Central. Se anunció que los diálogos empezarían el 16 de mayo.
En ese evento estuvo presente la Guardia Campesina (sin existencia legal) responsable del secuestro de 79 policías del Esmad y del asesinato a sangre fría de uno de ellos en los lamentables hechos de Los Pozos, San Vicente del Caguán.

A efecto de las interlocuciones que al parecer se avecinan, es necesario tener bien presente el parágrafo 2 del artículo 66 transitorio de la Constitución, incorporado por el acto legislativo 01 de 2012. Dice así: “2° En ningún caso se podrán aplicar instrumentos de justicia transicional a grupos armados al margen de la ley que no hayan sido parte en el conflicto armado interno, ni a cualquier miembro de un grupo armado que una vez desmovilizado siga delinquiendo”.

En fin, mientras al General se le persigue y humilla, al hampón terrorista se le exalta y le abren ilegal puerta para ingresar a negociar a sus anchas y armado. Se repite la historia. Así jamás tendremos paz.

Pildorita: Hoy sin falta todos a marchar pacíficamente, la defensa de la democracia reclama nuestra presencia. Libertad y Orden, todos a la calle.

Fuente: Panampost

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