En tiempos de plataformas digitales, las dictaduras han encontrado un nuevo nicho para difundir su propaganda. No solo ocurre con el chavismo en Venezuela, en Nicaragua el régimen de Daniel Ortega busca aparentar una supuesta popularidad que no existe. A través de una elaborada estructura comunicacional, conformada por medios afines y militantes o cuentas «trolles», el régimen sandinista amplifica su discurso.
Solamente entre julio 2024 y agosto 2025 se registraron picos de actividad digital en Nicaragua que coinciden con convenios establecidos con el régimen chino. En ese periodo se identificaron más de 2200 menciones a palabras clave como “China”, “cooperación”, “hermandad”, “alianza” y similares, de acuerdo con una nueva investigación del observatorio ProBox en conjunto con el portal, Expediente Público; y el medio, La Prensa. Detrás hay toda una estructura cuyo financiamiento está respaldado por el comunismo de Xi Jinping.