La Vuelta Ciclista a España, una de las tres grandes competiciones del ciclismo mundial, culminó violentamente en Madrid, la capital del país europeo. El evento fue suspendido en su última etapa porque cientos de manifestantes cortaron varios tramos del recorrido, tumbaron el perímetro que protegía a los deportistas y se enfrentaron contra la Policía lanzando objetos. Según datos oficiales, al menos 22 agentes de la Policía Nacional y un Guardia Civil resultaron heridos, mientras que dos personas quedaron detenidas.
La bandera de Palestina ondeaba entre los manifestantes contra la participación de un equipo israelí en la competencia. Las críticas tras el incidente apuntan contra el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, por declaraciones, horas antes, donde expresó su «reconocimiento y respeto absoluto a los deportistas, pero también nuestra admiración a un pueblo como el español que se moviliza por causas justas como la de Palestina».