La crisis institucional se profundiza en Nicaragua con la renuncia de tres magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), supuestamente por su edad. Hace una semana, las jueces Yadira Centeno y Lewin Downs también hicieron lo mismo con cartas idénticas, alegando “motivos de salud”.
Es decir, un total de cinco magistrados han abandonado sus cargos en los últimos días. Lo que hay detrás, responde a la purga orquestada por la dictadura de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, para eliminar la independencia de poderes, moldear el Poder Judicial a su antojo y dar paso a un nuevo período de gestión sandinista. Y es que los nombres que podrían ocupar las vacantes llevan sobre las espaldas señalamientos por violaciones a los derechos humanos.