El régimen comunista chino actúa de manera silenciosa para expandir su influencia a nivel global. A través de acuerdos comerciales, inversiones y supuestos programas educativos —para llevarse a jóvenes talentos hasta el gigante asiático— termina acumulando simpatías y conexiones políticas. El caso más destacado en los últimos meses es Perú, bajo el mandato de Dina Boluarte.
Y es que la construcción del mega puerto peruano de Chancay, con una inversión cercana a los 3600 millones de dólares (cuya inversión mayoritaria es de Cosco Shipping Ports, ligada a la Armada del Ejército Popular de Liberación chino), se convirtió en la mayor señal de la expansión de los tentáculos chinos en ese país. Esa presencia continúa aumentando ahora que Cosco Shipping Group, anunció la creación de una nueva ruta directa con China para reducir los tiempos de viaje de los buques.