- Acto 2 El presidente Santos consagra como único objetivo benevolente a las FARC, dándoles viáticos y sede diplomática para la entrega del país a quienes lo martirizaron y lo desangraron.
- Acto 3 El altar de ceremonias donde sucede es nada menos que la isla cárcel con el régimen más sanguinario de esa América Latina, donde obtuvo las bendiciones el tirano de los tiranos. Donde no faltaron públicas brujerías sobre el mapa de Colombia.
- Acto 4 Consagran palabras embrujadas y talismanes como las siguiente: Diálogo; Paz al acomodo de esos intereses revolucionarios, que es ironista y considerada por intelectuales de renombre como la paz del cinismo; Conflicto como si se tratara entre iguales, el de las instituciones y el de la subversión narco-terrorista. Y otras tantas, que de allí mismo se desprenden como Desescalar el conflicto.
- Acto 5 Consagran como personajes: A Timochenco con el prontuario de crímenes solo parecido al anterior; A Chaves y al gobierno venezolano en su versión Maduro; a todos los gobiernos de izquierda. Consagran al nadaista revolucionario de nacimiento, de La Calle Lombana como otro profeta, dígase la verdad de la iniquidad.
- Acto 6 Consagran unos preacuerdos: Con brujerías, personajes y profetas e instituciones escogidas, en el altar, de la hasta aquí, Ciudad Heroica. Con el concurso de quienes se van delineando como unas falsas cúpulas de la reacción nacional e internacionalmente.
- Acto 7 Y se reúnen todos, buenos y malos en un festín para consagrar al propio Santos, en su palacio y en el altar de las Naciones Unidas, organismo que a su vez es el que consagra a los servidores de las revoluciones izquierdistas en el mundo.
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