Su Santidad:
Abril 27, 2015 – Cuando los líderes mundiales contemplan un acuerdo climático, muchos miran hacia usted para obtener una guía. La aplaudimos por su cuidado por la Tierra y los hijos de Dios, especialmente los pobres. Con esta carta traemos algunos temas de preocupación que le solicitamos que considere cuando provea esa guía. Gran parte del debate sobre el cuidado del medio ambiente tiene sus raíces en un choque de visiones del mundo, con doctrinas contradictorias de Dios, la creación, la humanidad, el pecado y la salvación. Por desgra-cia, ese choque a menudo se abre paso en las mismas conclusiones de la ciencia ambiental. En lugar de un informe minucioso de las mejores pruebas, obtenemos conclusiones altamente especulativas y cargadas de teoría que se presentan como los resultados seguros de la ciencia. En el proceso, la misma ciencia resulta disminuida, y muchos líderes bien intencionados arriesgan ofrecer soluciones basadas en ciencia engañosa. El efecto, trágicamente, es que la misma gente a quien buscamos ayudar podría resultar perjudicada.Esto es especialmente trágico dado que misma ciencia surgió en la Europa Medieval, la cultura alimentada durante siglos en la imagen bíblica de la realidad que alentó a la actividad científica. Esta verdad es un lugar común para una amplia y diversa serie de historiadores y filósofos de la ciencia. Como Alfred North White-head explicó:
La mayor contribución del medievalismo a la formación del movimiento científico [era] la creencia inexpugnable que … hay un secreto, un secreto que puede ser revelado. ¿Cómo ha sido implantada esta convicción tan vívidamente en la mente europea? … Debe venir de la insistencia medieval en la racio-nalidad de Dios, concebido como la energía personal de Jehová y con la racionalidad de un filósofo griego. Cada detalle fue supervisado y ordenado: la búsqueda de la naturaleza sólo podría dar lugar a la reivin-dicación de la fe en la racionalidad. En la estimación de Whitehead, las ideas de otras religiones de un dios o dioses no podían sostener tal comprensión del universo. En sus presuposiciones, cualquier “ocurrencia podría deberse [al igual que con el animismo o el politeísmo] al fiat de un déspota irracional” o [como en el panteísmo y el materialismo ateo] “algún impersonal origen, inescrutable de las cosas. No hay la misma confianza que [con el teísmo bíblico] en la racionalidad inteligible de un ser personal”. [1]
En resumen, la cosmovisión bíblica lanzó la ciencia como un esfuerzo sistemático para comprender el mundo real por un riguroso proceso de pruebas de hipótesis mediante la observación del mundo real. El físico ganador del Premio Nobel Richard Feynman explica “la clave para la ciencia” de esta manera:
En general buscamos una nueva ley por el siguiente proceso: Primero, lo suponemos. Luego calculamos las consecuencias de la conjetura para ver lo que se suponía, si esta ley que hemos imaginado es correc-ta. Luego comparamos el resultado del cálculo con la naturaleza, con el experimento o la experiencia, la comparamos directamente con la observación, para ver si funciona. Si no está de acuerdo con el experi-mento está equivocada. En esa simple declaración está la clave para la ciencia. No hace ninguna diferen-cia lo hermoso de su conjetura; no hace ninguna diferencia lo listo que eres, quién hizo la conjetura, o cuál es su nombre, si es que no está de acuerdo con el experimento está equivocado. Eso es todo lo que hay que hacer. [2] Esa declaración, simple pero profunda y absolutamente esencial para la práctica de una verdadera ciencia, proviene necesariamente -y sólo- desde la cosmovisión bíblica.
Eruditos cristianos y judíos han realizado ciencia de alta calidad durante siglos. Ellos confían en que la buena ciencia conduce hacia y no entrará en conflicto con la verdad sobre Dios y el hombre. Es por eso que hay una Academia Pontificia de las Ciencias, y por qué durante siglos ha habido facultades de ciencias en miles de colegios y universidades judías y cristianas de todo el mundo.
Como personas de fe bíblica, entonces, tenemos un compromiso no sólo con la verdad, sino también con la práctica de la ciencia como un camino hacia la verdad. Hoy en día, cuando los científicos corren modelos climáticos complejos en potentes ordenadores para simular sistemas naturales muchísimo más complejos, como el clima de la tierra, no debemos olvidar nuestro compromiso con la verdad o con esa «clave para la ciencia.» Nuestros modelos pueden llegar a ser “simulaciones seductoras”, como el sociólogo de la ciencia Myanna Lahsen lo puso, [3] con los modeladores, otros científicos, el público y los políticos que fácilmente olvidan que los modelos no son la realidad, sino que deben ser probados por ella misma. Si su producto no está de acuerdo con la observación, los modelos, no la naturaleza, deben de ser corregidos.
Junto a la buena ciencia en nuestro enfoque de la política climática deben de existir dos opciones preferenciales: para la humanidad y, en la humanidad, para los pobres. Con esto no queremos decir que hay que poner a la humanidad contra la naturaleza, como tampoco enfrentar a los pobres contra los ricos.
Más bien, queremos decir que porque solamente la humanidad lleva el imago Dei, cualquier esfuerzo para proteger el medio ambiente debe poner en su centro al bienestar humano, y en especial al bienestar de los pobres, porque son los más vulnerables, los menos capaces para protegerse. Como escribió el rey David: «Bienaventurado el que piensa en el pobre! El Señor lo librará en el día de la angustia” (Salmo 41: 1, RV).
La buena política climática debe reconocer la excepcionalidad humana, la llamada que Dios le dio a las personas humanas para “tener dominio” en el mundo natural (Génesis 1:28), y la necesidad de proteger a los pobres de cualquier daño, incluyendo las acciones que obstaculizan su salida de la pobreza. Hoy en día muchas voces prominentes llaman a la humanidad un flagelo en nuestro planeta, diciendo que el hombre es el problema, no la solución. Tales actitudes demasiado a menudo contaminan su evaluación de los efectos del hombre sobre la naturaleza. Ingenuamente alegando “la ciencia está establecida”, exigen una acción urgente para proteger al planeta de la catástrofe, el calentamiento global inducido por el hombre.
Atribuir el calentamiento presuntamente antinatural al uso de combustibles fósiles para obtener energía esencial para el florecimiento humano, esas voces exigen que las personas entreguen su dominio dado por Dios, incluso si hacerlo significa permanecer o regresar a la pobreza.
Su interés por la ciencia genuina y para los pobres requiere un enfoque más cauteloso, que considera cuidadosamente la evidencia científica respecto a la real, no meramente la teórica, los efectos de la acción humana sobre el clima global, y considera cuidadosamente la tecnología de energía y la economía en la búsqueda de proteger los pobres de cualquier daño. Por lo tanto, esperamos y confiamos en que su orientación a los líderes del mundo se basará en lo siguiente:
El Imago Dei y el Dominio del hombre
La pobreza severa, el hambre generalizada, enfermedad rampante, y la vida corta fueron la condición ordinaria de la humanidad hasta los últimos dos siglos y medio. Estas tragedias son normales cuando –como gran parte del movimiento ecologista lo prefiere– los seres humanos, teniendo la imago Dei, vivan y sean tratados como si fuesen meros animales, que deben someterse a la naturaleza en lugar de ejercer el dominium que Dios les dio en el principio (Génesis 1:28). Dicho dominio no debe expresar la norma abusiva de un tirano, sino la regla cariñosa y decidida de nuestro Rey Celestial. Por tanto, debería expresarse mediante la mejora de la fecundidad, la belleza, y la seguridad de la tierra, para la gloria de Dios y el beneficio de nuestros vecinos.Cómo las sociedades superan a la pobreza
Lo que ha sacado a gran parte de la humanidad de la pobreza material absoluta es una combinación de instituciones morales, sociales, políticas, científicas y tecnológicas. Esto incluyen a la ciencia y a la tecnología asentadas en una visión del mundo físico como un cosmos ordenado que las criaturas racionales puedan entender y aprovechar para el mejoramiento humano; derechos a la propiedad privada, el espíritu empresarial y el comercio generalizado, protegida por el Estado de Derecho impuesta por los gobiernos limitados y sensibles; y abundante, asequible y confiable energía, generada a partir de combustibles de alta densidad, portátiles, constantemente accesible, fósiles y nucleares. Mediante la sustitución de combustibles fuentes de energía de baja densidad, como la madera de los animales y el músculo humano y, estiércol y otros biocombustibles de baja densidad como el viento intermitente y solar, por combustibles fósiles, se ha liberado a la gente de las tareas básicas de la supervivencia de dedicar tiempo y energía corporal a otras ocupaciones.
La evidencia empírica sugiere que el uso de combustibles fósiles no causará un calentamiento catastrófico
Muchos temen que el uso de combustibles fósiles pone en peligro a la humanidad y al medio ambiente, ya que conduce a un calentamiento global peligroso sin precedentes históricos. Esto ha llevado a muchas personas bien intencionadas a pedir una reducción de las emisiones de dióxido de carbono y, por lo tanto, al uso reducido de los combustibles fósiles.Los modelos climáticos computados del efecto del calentamiento causado por una mayor cantidad de dióxido de carbono atmosférico son la base para ese miedo. Sin embargo, para que los modelos contribuyan válida-mente a la toma de decisiones, tienen que estar subordinados a los datos, y se ha producido una creciente divergencia entre las observaciones de temperatura reales y las simulaciones de los modelos. En promedio, los modelos simulan más del doble del calentamiento observado durante el período en cuestión Más del 95% de los modelos simulan un calentamiento mayor que el observado, y tan sólo un pequeño porcentaje de ellos han llegado tolerablemente cerca. Ninguno simula la ausencia total de calentamiento observado durante aproximadamente los últimos 16 (según datos de satélite UAH) a 26 (según datos de RSS de la baja troposfera) años [4]
Los datos confirman la observación del Panel Intergubernamental Cambio Climático (IPCC), sobre que actualmente estamos viviendo una ausencia del calentamiento global lo suficientemente prolongada como para ser casi imposible de conciliar con los modelos. Todo esto hace que sea cada vez más claro que los modelos exageran enormemente el efecto de calentamiento del dióxido de carbono. Los errores de los modelos no son al azar, como a menudo por encima como también por debajo de las temperaturas observadas, y por similares magnitudes, pero claramente sesgada, siempre por encima de las temperaturas observadas.
El método científico exige que las teorías sean probadas por medio de la observación empírica. Por esa prueba, los modelos están equivocados. Por lo tanto, no proporcionan ninguna base racional para predecir el calentamiento global inducido por el hombre peligroso, y por lo tanto ninguna base racional para los esfuerzos por reducir el calentamiento mediante la restricción del uso de combustibles fósiles o de cualquier otro medio.
Para el futuro previsible, energía eólica y solar no pueden reemplazar con eficacia de combustible fósil y energía nuclear
El viento y la energía solar, debido a sus mayores costos y menor eficiencia, representan sólo un pequeño porcentaje del consumo mundial de energía total. Los combustibles fósiles, debido a sus menores costos y mayor eficiencia, representan más del 85%. La sustitución de las fuentes de energía constantes, como los combustibles fósiles, por fuentes de energía de baja densidad intermitentes como la eólica y la solar serían catastróficos para los pobres del mundo. Sería elevar simultáneamente el costo y reducir la fiabilidad y disponibilidad de la energía, especialmente electricidad.Esto, a su vez, aumentaría el costo de todos los demás bienes y servicios, ya que todos requieren energía para producir y transportar. Sería frenar la salida de los pobres de la pobreza. Sería amenazar con devolver a millones de personas a la pobreza. Y haría redes eléctricas inestables, lo que llevaría a caídas de voltaje y apagones más frecuente y generalizados, costosos y a menudo fatales. Eventos afortunadamente raros en los países ricos, pero muy familiar para miles de millones de personas que viven en países sin redes eléctricas integrales y estables suministrados por estables combustibles fósiles o nucleares.
Los pobres son quienes más sufren los intentos de restringir el uso de la Energía Asequible
Los pobres del mundo van a sufrir más por esas políticas. Los más pobres, los 1300 millones de habitantes en los países en desarrollo que dependen de manera primaria de combustibles como la madera y el estiércol para cocinar y calefacción, producen el humo que mata a 4 millones y temporalmente debilita a cientos de millones cada año, será condenado a más generaciones de pobreza y sus consecuencias mortales. Los marginales en el mundo desarrollado, que en promedio gastan dos o más veces sus ingresos en la energía como la clase media, perderán el acceso a una vivienda digna, educación, salud, y más a cuando sus costos de energía aumenten.Algunos se congelarán a muerte, ya que serán incapaces de pagar sus facturas de electricidad y aún comprar suficiente comida. Decenas de miles de personas murieron, incluso en el Reino Unido en varios inviernos recientes debido a la fiebre de Gran Bretaña para sustituir al carbón con las energías eólica y solar para para generar electricidad.
La energía asequible puede ayudar a millones de pobres en el mundo para salir de la pobreza
Mientras que los modelos climáticos exageran el efecto de calentamiento del dióxido de carbono atmosférico, ellos plausiblemente simulan que un mayor desarrollo económico impulsado por el creciente uso de combustibles fósiles va a añadir más dióxido de carbono a la atmósfera. En consecuencia, el Grupo de Trabajo 3 del IPCC concluye que los escenarios más cálidos para el futuro son también los más ricos, en especial para aquellas sociedades que ahora son los más pobres. Los riesgos de la pobreza y las políticas energéticas equivocadas que las prolongarían son muy superiores a los riesgos del cambio climático. La riqueza adecuada permi-te que las personas humanas prosperen en una amplia gama de climas, fríos o calientes, húmedos o secos. La pobreza socava la prosperidad humana incluso en el mejor de los climas. De ello se desprende que la reducción del uso de combustibles fósiles significa reducir el desarrollo económico, que condena las sociedades pobres a seguir siendo pobres, y requiriendo a los pobres de hoy a sacrificarse por el bien de las personas más ricas del futuro -una clara injusticia.
El crecimiento del dióxido de carbono atmosférico favorece el crecimiento de las plantas
Mientras que la adición de dióxido de carbono a la atmósfera provoca mucho menos calentamiento que el que se temía, tiene un efecto positivo en la vida de las plantas. Con más dióxido de carbono en el aire, las plantas crecen mejor en temperaturas más cálidas o más frías en suelos húmedos o secos, hacen un mejor uso de los nutrientes del suelo, y resisten mejor a enfermedades y plagas, aumentando su producción de frutas, la ampliación de su extensión, y el reverdecimiento de la tierra.Esto hace que haya más comida disponible para todas las demás criaturas, sobre todo, ya que los rendimientos agrícolas se elevan, por lo que la comida es más asequible para los pobres del mundo. Sustituyendo a las fuentes de energía de baja densidad como la eólica y la solar por el carbón, el petróleo y el gas natural, por tanto, perjudica a los pobres, no sólo por el aumento del precio de la energía (y todos los demás), sino también porque reduce a la producción de alimentos. También perjudica al resto de la vida en la tierra privándola del efecto fertilizante del bióxido de carbono elevado.
En verdad, «Los cielos cuentan la gloria de Dios; y el firmamento proclama su obra «(Salmo 19: 1). Mediante el uso de combustibles fósiles para generar energía para sacar a miles de millones de los hijos preciosos de Dios de la pobreza, liberamos de la tumba de la tierra al dióxido de carbono del que las plantas y por lo tanto todo el resto de la vida dependen. Está revela de manera bella la sabiduría del Creador y el cuidado de toda su creación, personas, animales, plantas, y a la tierra misma.
A la luz de estas consideraciones, creemos que es imprudente e injusto adoptar políticas que requieren un menor uso de combustibles fósiles para obtener energía. Tales políticas condenarían cientos de millones de nuestros semejantes a la pobreza permanente. Respetuosamente apelamos a usted para aconsejar a los líderes mundiales para que las rechacen.
Si quiere firmar esta carta Abierta para su Santidad el Papa Francisco, lo puede hacer desde el sitio web (en inglés) de la Cornwall Alliance for the Stewardship of Creation.
REFERENCIAS
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Si quiere firmar esta carta Abierta para su Santidad el Papa Francisco, lo puede hacer desde el sitio web (en inglés) de la Cornwall Alliance for the Stewardship of Creation.
REFERENCIAS
[1] Alfred North Whitehead, Science and the Modern World (New York: Free Press, [1925] 1967), 13, 12, 13, citado en Rodney Stark, The Victory of Reason: How Christianity Led to Freedom, Capitalism, and Western Success (New York: Random House, 2005), 14–15.
Loren Eiseley, de la misma manera escribió que “El mundo Cristiano fue quien finalmente dio nacimiento de una manera clara y articulada al método experimental de la ciencia misma.” (Loren Eiseley, Darwin's Century [Garden City, NY: Doubleday, 1958; republicado, Doubleday Anchor Books, 1961], 62, citado en Nancy R. Pearcey y Charles B. Thaxton, The Soul of Science: Christian Faith and Natural Philosophy [Wheaton, IL: Crossway Books, 1994]. De manera similar, Pierre Duhem observa que "La mecánica y la física de los cuales los tiempos modernos están justificadamente orgullosos proceden, por una serie ininterrumpida de mejoras apenas perceptibles, de las doctrinas profesadas en el corazón de las escuelas medievales.” (Citado en David C. Lindbergh y Robert S. Westman, eds., 'Reappraisals of the Scientific Revolution' [Cambridge: Cambridge University Press, 1990], 14, via Pearcey y Thaxton, 'Soul of Science,' 53.)
[2] Richard Feynman, The Character of Physical Law (London: British Broadcasting Corporation, 1965), 4, énfasis añadido.
[3] Myanna Lahsen, “Seductive Simulations? Uncertainty Distribution around Climate Models,” 'Social Studies of Science' 35/6 (Diciembre 2005), 895–922.
[4] C.P. Morice, J.J. Kennedy, N.A. Rayner, y P.D. Jones, “Quantifying uncertainties in global and regional temperature change using an ensemble of observational estimates: The HadCRUT4 dataset,” Journal of Geophysical Research (2012), 117, D08101, doi:10.1029/2011JD017187; Ross R. McKitrick, “HAC-Robust Measurement of the Duration of a Trendless Subsample in a Global Climate Time Series,” 'Open Journal of Statistics 4' (2014), 527–535, doi: 10.4236/ojs.2014.47050.
Endosantes iniciales de "Una carta abierta al Papa Francisco sobre el Cambio Climático."
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Michael W. Asten, Ph.D. (Geophysics), Professor of Geophysics, Monash University, Melbourne, Vic, Australia
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Tim Ball, Ph.D. (Geography), Profesor de Climatología (retirado), Universidad de Winnipeg, Winnipeg, Manitoba, Canada
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Stephen M. Barr, Ph.D. (Physics), Miembro de la American Physical Society, Profesor, Departmento de Física y Astronomía, Universidad de Delaware, Newark, DE, USA
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Joseph M. Bastardi, B.S. (Meteorología), Meteorlogó en Jefe, Weatherbell Analytics, Boalsburg, PA, USA
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Gary L. Bauer, J.D., Presidente, 'American Values', Arlington, VA, USA
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E. Calvin Beisner, Ph.D. (Historia), Fundador y Vocero Nacional, 'The Cornwall Alliance for the Stewardship of Creation', Burke, VA, USA
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Edwin X. Berry, Ph.D. (Física), Presidente, 'Climate Physics LLC', Bigfork, MT, USA
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Principe Bertrand de Orléans-Braganza, J.D., autor de 'Psicosis Ambientalista', Director de 'Paz no Campo', Brasil
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Donna Fitzpatrick Bethell, B.A. (Física), Juris Doctor, 'Chairman of the Board', Christendom College, ex subsecretario de Energía de EEUU, Washington, DC, y Director, 'Science and Environmental Policy Project', Fairfax, VA, USA
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David L. Black, Ph.D., (Medicina Legal: Toxicología forense), Profesor Asociado Clinico/CEO/Fundador/Chairman, Vanderbilt University/Aegis Sciences Corporation, Nashville, TN, USA
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Xavier Calmet, Ph.D. (Dr. rer. nat., Física), Profesor de Física, Universidad de Sussex, Brighton, Inglaterra, GB
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Joseph L. Campbell, Ph.D. (Ingeniería Mecánica), Profesor, Universidad de North Florida, Retirado, FLorida, EEUU
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Davis Carman, M.S. (Mechanical Engineering), President, Apologia Educational Ministries, Inc., Anderson, IN, USA
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Ronald S. Carson, PhD (Ingeniería Mecánica), Profesor Adjunto, Ingeniería, Seattle Pacific University, Renton, WA, EEUU
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Robert M. Carter, Ph.D. (Geología), Instituto de Asuntos Públicos, Melbourne, Australia
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Kevin L. Clauson, M.A., J.D., Vice Presidente de Academics y Profesor de Gobierno y Ley, Director, Centro para la Fe, Libertad, y Constitución, Bryan College, Dayton, TN, EEUU
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Charles A. Clough, M.S. (ciencas de la Atmósfera), Th.M. (Viejo testamento y semitismo), Jefe Retirado, U.S. Army Atmospheric Effects Team, Campo de Pruebas de Aberdeen, Profesor Adjunto, Chafer Theological Seminary, Bel Air, MD, EEUU
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Roger W. Cohen, Ph.D. (Física), Miembro, American Physical Society, Durango, CO, EEUU
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Mark Coppenger, Ph.D. (Filosofía), Profesor de 'Christian Apologetics', Southern Baptist Theological Seminary, Louisville, KY, EEUU
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Kenneth A. Cornelius, M.S. (Ingeniería Ambiental), Gerente Senior de Programación, Argonne National Laboratory (Retirado); Ex Director Política Ambiental, Officina del Asistente Diputado del Secretario de Defensa para el Ambiente, Seguridad u Sanidad Oucpacional; Ex Profesor ayudante de Ingeniería Civil, Academia de la Fuerza Aérea de EEUU, Retirado, EEUU
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Janice Shaw Crouse, Ph.D. (Communication Theory), Executive Director, World Congress of Families–IX, Rockford, IL, EEUU
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Walter Cunningham, M.S. (Física), Apollo 7 Astronaut, Houston, TX, EEUU
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Joseph D'Aleo, B.S., MS. (Meteorología), ABD (Recursos Aéreos), Ph.D. Honris Causa, Meteorólogo Jefe, Weatherbell Analytics LLC, Miembro de la American Meteorological Society, Hudson, NH, EEUU
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Willem de Lange, Ph.D. (Ciencias de la Tierra), Senior Lecturer in Earth Sciences, University of Waikato, Hamilton, New Zealand
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William A. Dembski, Ph.D. (Matemáticas), Miembro Senior, Discovery Institute, Pella, IA, EEUU
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Trey Dimsdale, J.D., Director Asociado y Miembro de investigación, 'The Richard Land Center for Cultural Engagement', Southwestern Baptist Theological Seminary, Ft. Worth, TX, EEUU
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Harold H. Doiron, PhD., Chairman, 'The Right Climate Stuff Research Team', Pearland, TX, EEUU
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Paul K. Driessen, J.D., Analista Senior de Política, Commité para un futuro Constructivo, Fairfax, VA, EEUU
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Duane A. Dunham, Th.D. (Nuevo Testamento), Profesor (Retirado) de Lenguaje del Nuevo Testamento y Exégesis, 'Western Conservative Baptist Theological Seminary', Portland, OR, EEUU
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Becky Norton Dunlop, ex Secetario asistente, U.S. Department of Fish, Wildlife, and Parks (1988–1989), Chairman, 'Conservative Action Project', Washington, DC, EEUU
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Gordon Evans, B.S. (Meteorología), M.S. (Soil Science), Gerente Ambiental, The Texas A&M University System, College Station, TX, EEUU
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Freeman J. Dyson, B.A. (Mathematics), Professor Emeritus, Institute for Advanced Study, Princeton, New Jersey, EEUU.
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Miguel A. Flores-Vergara, Ph.D. (Plant Molecular Biology), Post-doctoral Researcher, North Carolina State University, Raleigh, NC, EEUU
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Captain Donald K. Forbes, USN (Retirado), M.S. (Aero Ingeniería), Dumfries, VA, EEUU
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Neil Frank, Ph.D. (Meteorología), Ex Director, National Hurricane Center, Fulshear, TX, EEUU
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Martin Fricke, Ph.D. (Nuclear Física), Senior Miembro and Elected to 15-Member Executive Panel on Public Affairs of the American Physical Society, Extraordinary Member of the Catholic Diocese of San Diego, San Diego, CA, EEUU
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Gordon Fulks, Ph.D. (Física), University of Chicago Laboratory for Astrophysics, Mission Research Corporation, Corbett, OR, EEUU
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George Gamota, Ph.D. (Física), former Bell Labs MTS; former Director for Office of Defense Research (U.S. Department of Defense); former Profesor de Física, University of Michigan; Miembro, American Association for the Advancement of Science; Miembro, American Physical Society; Lexington, MA, EEUU
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Paul W. Gard, Jr., M.A. (Management), B.A. (Mathematics/Meteorología), NOAA, National Weather Service Lead Forecaster Denver/Boulder, Retirado, CO, EEUU
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George Gilder, A.B., Honorary Ph.D. (Economics), Universidad Francisco Maroquín; co-founder and Senior Miembro on Wealth, Poverty, and Morality, The Discovery Institute, Seattle, WA; Editor in Chief of Gilder Technology Forum, Great Barrington, MA; former Miembro, Kennedy Institute of Politics, Harvard University, Boston, MA, EEUU
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Albrecht Glatzle, Ph.D. (Agricultural Sciences), Climate Policy Advisor, Asociación Rural del Paraguay, Filadelfia, Chaco, Paraguay
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Guillermo Gonzalez, Ph.D. (Astronomy), Professor, Ball State University, Muncie, IN, EEUU
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Rev. George Grant, Ph.D. (Filosofía), D.Hum. (Humanities), Director, Chalmers Fund and the King's Meadow Study Center, Founder, New College Franklin, Pastor, Parish Presbyterian Church, Franklin, TN, EEUU
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William M. Gray, Ph.D. (Geophysical Sciences), Professor Emeritus, Department of Atmospheric Science, Colorado State University, Fort Collins, CO, EEUU
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Wayne Grudem, Ph.D. (New Testament), Profesor de Theology and Biblical Studies, Phoenix Seminary, Phoenix, AZ, EEUU
46. Kenneth Haapala, M.S. (Quantitative Economics), President, Science and Environmental Policy Project, Fairfax, VA, EEUU
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William Happer, Ph.D. (Física), Cyrus Fogg Brackett Profesor de Física (Emeritus), Princeton University, and former Director, Office of Science, U.S. Department of Energy, Miembro of the American Physical Society, Princeton, NJ, EEUU
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Jeffrey E. Haymond, Ph.D. (Economics), Associate Profesor de Economics, Cedarville University, Cedarville, OH, EEUU
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Thomas A. Hemphill, Ph.D. (Business Administration, Strategic Management & Public Policy), Associate Profesor de Strategy, Innovation and Public Policy, School of Management, University of Michigan, Flint, MI, and Senior Miembro, National Center for Policy Analysis, Dallas, TX, EEUU
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Stephen Henderson, Th.M., Pastor, Munich International Community Church, Eichenau, Germany
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Thomas D. Hennigan, M.P.S. (Environmental and Forest Biology/Ecology), Associate Profesor de Organism Biology, Biology Degree Program Coordinator, and Chair, Institutional Animal Care and Use Committee, Truett-McConnell College, Cleveland, GA, EEUU
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Senator Nancy Jacobs, Retirado State Senator, Maryland State Senate, EEUU
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Peter Jones, Ph.D. (New Testament), Profesor de New Testament (retired), Westminster Theological Seminary; Founder and President, truthXchange, Escondido, CA, EEUU
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Klaus L.E. Kaiser, Ph.D. (Dr. rer. nat., Chemistry), Research Scientist, Natl. Water Research Inst. (Canada, retired), Miembro, Chemical Institute of Canada, author of Convenient Myths, Ontario, Canada
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Richard Keen, Ph.D. (Climatology/Geography), Instructor Emeritus, University of Colorado, Retirado, Golden, CO, EEUU
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Hugh Kendrick, Ph.D. (Nuclear Ingeniería), Member, American Physical Society, Anacortes, WA, EEUU
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Madhav L. Khandekar, Ph.D. (Meteorología), Research Scientist, Environment Canada (Retirado), Toronto, Ontario, Canada
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William R. Kininmonth, M.Sc. (Atmospheric Science), M.Admin. (Public Policy), former Head, National Climate Centre, Melbourne, Australia; Lieutenant—Victoria Equestrian Order of the Holy Sepulchre of Jerusalem; Kew, Australia
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Bill Kirk, B.S. (Earth & Atmospheric Sciences), CEO & Founder, Weather Trends International, Inc., Bethlehem, PA, EEUU
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Rabbi Daniel Lapin, President, American Alliance of Jews and Christians, Mercer Island, WA, EEUU
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David Legates, Ph.D. (Climatology), Profesor de Climatology, University of Delaware, Newark, DE, EEUU
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Mark Liebe, Ph.D. (Water Resources Ingeniería), P.E., Supervising Ingeniería, City of Portland, OR, EEUU
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Richard S. Lindzen, Ph.D. (Applied Mathematics), Alfred P. Sloan Profesor de Atmospheric Sciences, Emeritus, Massachusetts Institute of Technology; Member, U.S. National Academy of Sciences; Newton, MA, EEUU
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Stephen D. Livesay, Ph.D. (History and Education), President, Bryan College, Dayton, TN, EEUU
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E.G. “Jay” Link, M.Div., President, Stewardship Ministries, Camby, IN, EEUU
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Francis J. Menton, Jr., J.D. (Law), Of Counsel, Willkie Farr & Gallagher LLP, New York, NY, EEUU
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Luiz Carlos Molion, Ph.D. (Meteorología), Profesor de Climatología Cambio Climático en la Universidad Federal de Alagoas, Maceió – AL, Brasil; representante de Amércia Latina en la Organización Meteorológica, Brasil.
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Christopher Monckton, Vizconde de Brenchley, Edimburgo, Escocia, UK, Chief Policy Adviser, Science & Public Policy Institute, Washington, DC, EEUU
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Steven Mosher, M.S. (Biological Oceanography), President, Population Research Institute, Front Royal, VA, EEUU
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Dermott J. Mullan, Ph.D. (Astronomy), Profesor de Astrophysics, University of Delaware, Newark, DE, EEUU
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Mark Musser, M.Div., Pastor/Missionary, Grace Redeemer Bible Church, Olympia, WA, EEUU
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Daniel W. Nebert, M.S. (Biophysics), M.D. (Medicine/Genetics), Profesor Emérito, Universidad de Cincinnati, Medical Center, Wilsonville, OR, EEUU
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C. Preston Noell III, President of Tradition, Family, Property, Inc., Hanover, PA, EEUU
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Daniela de Souza Onça, Ph.D. (Geografía), Profesora de Geograía en la Universidad Estatal de Santa Catarina, Brasil
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Jerry F. O'Neill, D.D. (Divinity), M.S. (Education), President and Profesor de Pastoral Theology, Reformed Presbyterian Theological Seminary, Pittsburgh, PA, EEUU
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Franklin E. Payne, M.D., Associate Profesor de Family Medicine (Retirado), Medical College of Georgia, Georgia Regents University, Augusta, GA, EEUU
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Ricki Pepin, Author, Lecturer, Instructor, Institute on the Constitution, Springfield, OH, EEUU
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Mark J. Perry, Ph.D. (Economics), Profesor de Economics, University of Michigan, Flint, MI, and Resident Scholar, American Enterprise Institute, Washington, DC, EEUU
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Joseph A. Pipa Jr., Ph.D. (Historical Theology), President, Greenville Presbyterian Theological Seminary, Greenville, SC, EEUU
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Frank L. Rice, Ph.D. (Neuroscience), President, CEO, and Chief Scientist, Integrated Tissue Dynamics, LLC, Rensselaer, NY, EEUU
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Jay W. Richards, Ph.D. (Filosofía & Theology), Assistant Research Professor, The Catholic University of America, Potomac Falls, VA, EEUU
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Shawn Ritenour, Ph.D. (Economics), Profesor de Economics, Grove City College, Grove City, PA, EEUU
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Austin Ruse, President, Center for Family and Human Rights, Washington, DC, EEUU
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James H. Rust, Ph. D. (Nuclear Ingeniería), Professor, Georgia Institute of Technology (retired), Atlanta, GA, EEUU
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Anthony J. Sadar, M.S. (Environmental Science—Air Pollution Control), Certified Consulting Meteorólogo, Adjunct Associate Professor, Pittsburgh, PA, EEUU
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Dr. John R. Sans, Ph.D. (Geochemistry), Research Chemist, BASF, Independence, Ohio, EEUU
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Rick Scarborough, President, Vision America Action, Nacogdoches, TX, EEUU
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Corey Schmatjen, M.A. (International Development), Pastor, Palm Vista Community Church, Miami Lakes, FL, EEUU
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Robert F. Schwarzwalder, Jr., M.A. (Theology), Ex Chief of Staff to a Member of the U.S. House of Representatives Natural Resources Committee; Senior Vice-President, Family Research Council, Washington, DC, EEUU
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Thomas P. Sheahen, Ph.D. (Física), Science and Environmental Policy Project, and Director, Institute for Theological Encounter with Science and Technology, Deer Park, MD, EEUU
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David E. Shormann, Ph.D. (Aquatic Science), President, DIVE, LLC, TX, EEUU
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S. Fred Singer, Ph.D. (Atmospheric Física), Founder, Science and Environmental Policy Project; Founder, Nongovernmental International Panel on Climate Change; first director of the National Weather Satellite Service; Arlington, VA, EEUU
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Mike Spaulding, Ph.D., Pastor, Calvary Chapel of Lima, Lima, OH, EEUU
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Roy W. Spencer, Ph.D. (Meteorología), Principal Research Scientist, University of Alabama in Huntsville, Huntsville AL, EEUU
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Richard F. Storm, PE (Professional Engineer), Founder/Senior Consultant, Storm Technologies, Inc., Albermarle, NC, EEUU
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Stanford Swim, M.B.A. (Business), Interim President, Sutherland Institute, Salt Lake City, UT, EEUU
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Timothy Terrell, Ph.D. (Economics), Associate Profesor de Economics, Wofford College, Spartanburg, SC, EEUU
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James Tonkowich, D.Min., Author, Ex President, Institute on Religion and Democracy, Falls Church, VA, EEUU
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Mark Tooley, B.A. (Government), President, Institute on Religion and Democracy, Washington, DC, EEUU
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C. Joseph Touhill, Ph.D. (Environmental Ingeniería), PE, DEE, President, Touhill Technology Management; Diplomate, American Academy of Environmental Engineers and Scientists; Institute Miembro, American Institute of Chemical Engineers; Miembro, American Society of Civil Engineers; Life Member, Water Environment Federation; Life Member, American Water Works Association; Jamison, PA, EEUU
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Cornelis van Kooten, Ph.D. (Agricultural and Resource Economics), Profesor de Economics and Canada Research Chair in Environmental Studies and Climate, University of Victoria, BC, Canada
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Lou Veiga, M.B.A, M.Div., Senior Pastor, Covenant Presbyterian Church, Houston, TX, EEUU
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L.L. “Don” Veinot, Jr., President, Midwest Christian Outreach, Wonder Lake, IL, EEUU.
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James P. Wallace III, Ph.D. (Economics; Minor in Ingeniería), President & CEO, Jim Wallace & Associates LLC, Sarasota, FL, EEUU
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Kathleen Hartnett White, M.A. (Humanities), Distinguished Senior Miembro and Director, Armstrong Center for Energy and the Environment, Texas Public Policy Foundation, Austin, TX, EEUU
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Christopher Westley, Ph.D. (Economics), Profesor de Economics, Florida Gulf Coast University, Fort Myers, FL EEUU
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Wendy Wright, Vice President, Center for Family and Human Rights, Washington, DC, EEUU
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Elizabeth Yore, J.D., International Child Advocate Counsel, Chicago, Illinois, EEUU
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John Zmirak, Ph.D. (English Literature), Senior Editor, The Stream, co-author, The Race to Save Our Century: Five Core Principles to Promote Peace, Freedom, and a Culture of Life, Dallas, TX, EEUU