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Nicaragua: obispo Rolando Álvarez, bajo arresto domiciliario tras asalto policial

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La retención del obispo de la Diócesis de Matagalpa Rolando Álvarez ocurre en medio de los crecientes roces de la Iglesia católica con el Gobierno de Daniel Ortega. © Jorge Torres / EFE

La policía nicaragüense irrumpió en la madrugada de este viernes 19 de agosto en la sede de la diócesis de Matagalpa, en el norte del país, y detuvo al obispo disidente que llevaba más de dos semanas bloqueado en la curia. Las autoridades habían anunciado previamente que la Diócesis de Matagalpa estaba investigada por incitar al «odio» para «desestabilizar al Estado de Nicaragua».

En las primeras horas de este viernes 19 de agosto, autoridades de la Policía nicaragüense allanaron la curia episcopal donde estaba el obispo Rolando Álvarez, fuerte opositor del régimen de Daniel Ortega. El religioso fue arrestado junto a cinco sacerdotes y tres laicos.

“Urgente. En estos momentos la Policía Nacional ha ingresado a la Curia Episcopal de nuestra Diócesis de Matagalpa”, publicaron en la cuenta de Facebook de la Diócesis en la madrugada.

La alerta se extendió rápidamente durante la mañana entre los defensores de los derechos humanos, ya que Álvarez es etiquetado como opositor a Daniel Ortega, el presidente nicaragüense que a menudo trata a la Iglesia católica como su enemigo.

Mientras la prensa local habló de un «secuestro», el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos alertó sobre la “violencia” de la detención. “No se sabe para dónde se lo llevaron», agregó la presidenta de la ONG, Vilma Nuñez.

En un comunicado publicado unas horas después del suceso, la Policía de la nación centroamericana aseguró que el obispo estaba en Managua, bajo «resguardo domiciliar». Las autoridades mencionaron un «operativo que permitió recuperar la normalidad para la ciudadanía y las familias matagalpinas».

«Preocúpense por llevar el traje de fiesta en el Reino de Dios», fue lo último que escribió Álvarez en Twitter, unas horas antes de ser capturado.

Su arresto representa el siguiente paso de una presión policial que empezó hace dos semanas. En efecto, desde el pasado 4 de agosto, la Catedral San Pedro de Matagalpa fue asediada por agentes policiales, quienes bloquearon todos los accesos de la iglesia con vallas amarillas.

«Sucedió lo que era evidente que iba a suceder. Es la detención arbitraria y abusiva del monseñor Álvarez», comentó desde su exilio en Miami el defensor de derechos humanos nicaragüense Pablo Cuevas.

La Iglesia católica, en la mira de Ortega

Álvarez, de 55 años, había dicho en ese momento desconocer por qué se le investigaba. El Gobierno anunció por su parte acusar al obispo de la Diócesis de Matagalpa de «organizar grupos violentos», supuestamente «con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales».

«Durante varios días se esperó con mucha paciencia, prudencia y sentido de responsabilidad una comunicación positiva del Obispado de Matagalpa, que nunca llegó a darse, y que, al persistir las actividades desestabilizadoras y provocadoras, hizo necesario el citado operativo», amplió este viernes la Policía Nacional.

De momento, las autoridades no han ofrecido pruebas para ampliar esas acusaciones, pero el sitio ocurrió días después de que Álvarez reclamara respeto al Gobierno de Daniel Ortega por la «libertad» religiosa.

Desde la curia, y a través de medios digitales, el obispo ha instado a la oración y al diálogo en el país: “Tenemos que responder al odio con amor, a la desesperación con esperanza y al miedo con la fuerza”.

Archivo: El obispo Rolando Álvarez se arrodilla al frente de la sede episcopal de Matagalpa, el 4 de agosto de 2022.
Archivo: El obispo Rolando Álvarez se arrodilla al frente de la sede episcopal de Matagalpa, el 4 de agosto de 2022. © Cortesía Diócesis de Matagalpa

En lo que va de año, el Gobierno sandinista ha llevado a prisión a tres sacerdotes, ha cerrado ocho radioemisoras católicas y ha sacado de la programación de la televisión por suscripción a tres canales católicos. También ha expulsado a 16 monjas de las misioneras de la orden Madre Teresa de Calcuta.

Este mes también se conoció la detención de otro sacerdote. El 14 de agosto, el padre Oscar Benavides fue encarcelado en la conocida prisión política de El Chipote, que múltiples informes periodísticos describen como un centro penitenciario con condiciones represivas.

El presidente Ortega acusa a los obispos de ser «terroristas» desde que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde 2018. El mandatario les reprochó haber acogido una propuesta opositora que buscaba adelantar los comicios del 2021 y así acortar su período presidencial.

En reacción a la detención de Álvarez, el sacerdote nicaragüense Edwing Román, exiliado en Miami, se dijo indignado en sus redes sociales: “¡Basta ya de tanto silencio!, hablen quienes tienen que hablar y den la cara. A eso se le llama pecado de omisión». Quizás una referencia al papa Francisco, que ha sido criticado por diferentes sectores por mantener silencio sobre lo que varios obispos católicos latinoamericanos denuncian como un «asedio» a los sacerdotes por parte de Ortega.

En ese sentido, 25 exjefes de Estado y de gobierno de América Latina y España, miembros de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), también pidieron a la máxima autoridad católica «adoptar una postura firme en defensa del pueblo nicaragüense» y su libertad religiosa.

El secretario general de la ONU expresa su preocupación

Tras la detención del obispo, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, dijo estar «muy preocupado» por lo que calificó como ataques contra la democracia y la Iglesia católica en Nicaragua

“(Guterres) está muy preocupado por el grave cierre del espacio civil y democrático en Nicaragua y por recientes acciones contra organizaciones de la sociedad civil, incluidas las de la Iglesia católica», dijo su portavoz, Farhan Haq, a la prensa.

Entre tanto, otros líderes y congregaciones católicas alrededor del mundo mostraron su rechazo a la detención del religioso.

La Conferencia Episcopal Española instó a la “liberación inmediata del obispo de Matagalpa» y denunció las «detenciones de sacerdotes» que se han llevado a cabo en el país.

Por su parte, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos rechazó lo ocurrido, a la vez que aseguró que “las amenazas a la Iglesia católica en Nicaragua” están aumentando “en medio de la crisis social y política local”.

Con EFE, AFP y medios locales

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