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«¡Mentiroso!»: los cinco momentos tensos del discurso del presidente de EE.UU.

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En un discurso sobre el estado de la Unión con un Joe Biden sorprendentemente enérgico y combativo, hubo sitio para todo

Biden defiende su gestión y quiere más: «Acabemos el trabajo»

 

En un discurso sobre el estado de la Unión con un Joe Biden sorprendentemente enérgico y combativo, hubo sitio para todo: abucheos, insultos, reproches y emociones. Cinco momentos de una de las noches más importantes del calendario político de EE.UU.

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  Biden entra en el cuerpo a cuerpo

El discurso sobre el estado de la Unión es una ocasión en la que los asistentes -legisladores e invitados- se suelen limitar a aplaudir o a no hacerlo. No fue el caso de esta noche, en la que se sucedieron las interrupciones. El decoro dominó hasta mediado el discurso, cuando Biden hizo una acusación grave a los republicanos: deslizó, con poco fundamento, que buscan acabar con programas sociales muy populares -cobertura médica de los jubilados, pensiones- como parte de las negociaciones sobre techo de deuda. Llovieron gritos y abucheos de la bancada republicana y Biden -más enchufado que nunca-, entró al cuerpo a cuerpo. Dejó de leer su discurso para reconocer que no era «una mayoría» de republicanas quienes estaban a favor de ello. «¡No lo digas entonces!», gritó un legislador republicano, entre el enfado generalizado. «Me encanta esta conversión», replicó con sorna Biden. «Entonces, estaremos todos de acuerdo esta noche, y parece que lo estamos, en que hay que defender a los mayores», proclamó. Los demócratas se pusieron en pie a aplaudirle y a los republicanos no les quedó otro remedio que imitarles. «¡No recortaremos las pensiones! ¡No recortaremos la sanidad para jubilados! Se lo han ganado. Si cualquiera lo intente, lo pararé, lo vetaré», advirtió. «Pero parece que no va a ser un problema», cerró con tono triunfal tras ver a todos los legisladores en pie con sus palabras. Sin tener grandes dotes de orador, Biden consiguió salir ganador de este cuerpo a cuerpo.

 

2

«¡Mentiroso!», el insulto al presidente

En ese cuerpo a cuerpo entre Biden y los abucheos republicanos, una palabra fue más alta que las demás. «¡Mentiroso!», se escuchó desde el fondo del flanco izquierdo, el de los republicanos. El insulto venía de la boca de Marjorie Taylor Greene, una polémica diputada de extrema derecha, conocida por su agresividad y por su abrazo a teorías conspiradoras. No fue lo único que se escuchó gritar a Taylor Greene una vez se calentó el discurso -«¡China nos espía!», «¡protege la frontera!», profirió-, a quien se le vio levantada, abucheando y gesticulando con el pulgar boca abajo. No era la primera vez que se escuchaba lo de «mentiroso» en una noche como esta. También se lo dijo otro diputado republicano, Joe Wilson, a Barack Obama en 2009 sobre su reforma sanitaria.

3

McCarthy sudó para contener a los suyos

Kevin McCarthy debutaba esta noche como presidente de la Cámara de Representantes en un debate sobre el estado de la Unión. Por su cargo, apareció detrás de Biden y al lado de Kamala Harris, que actúa como presidenta del Senado al ser la vicepresidenta de EE.UU. No fue una noche fácil para McCarthy, que llegó con muchas dificultades a la presidencia de la Cámara Baja, ante la oposición del ala radical de los republicanos. Trató de responder a las palabras de Biden con distancia y frialdad. Apenas aplaudió al presidente y negó en varias ocasiones con la cabeza mientras se le veía mascullas «no, no» en algunos ataques de Biden.Pero tampoco quería un espectáculo en el que su bancada pareciera desordenada y fuera de control. Antes del discurso, advirtió a los diputados republicanos que mantuvieran el decoro, que no les beneficiaba lo contrario. Cuando Biden atacó a los republicanos y estos respondieron con abucheos, McCarthy trató de silenciarlos con un «shhh» de su boca. Lo tuvo que hacer en varias ocasiones, en un reflejo de los problemas que va a tener para mantener la dirección de la mayoría republicana.

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Romney se enfrenta al mentiroso Santos

Antes de que empezara el discurso de Biden ya había habido jaleo en la reunión de la sesión conjunta del Congreso. El senador republicano y excandidato a la presidencia Mitt Romney se topó con George Santos, un diputado republicano que se ha convertido en una de las sensaciones del Congreso por motivos nada positivos. Santos ganó su escaño por un distrito de Nueva York en las elecciones de noviembre y, poco después, se descubrió que buena parte de su vida y su currículum eran mentira. Se inventó que era judío, que había trabajado en grandes firmas financieras, que había ido la universidad Baruch College y muchas otras cosas más. Santos se había sentado en una de las butacas de privilegio, en el pasillo, por donde iban pasando todas las autoridades invitadas, desde los jueces del Supremo hasta el presidente. Romney le dijo con crudeza que no se merece estar en el Congreso. «Dado que está bajo una investigación del comité de ética, se tenía que sentar en la última fila y estar callado en lugar de pasearse delante del presidente y del resto de personas que entran en la sala», relató el senador a los periodistas. Las cámaras registraron un intercambio corto pero muy tenso entre ambos legisladores.

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Sanders le da un repaso a Biden

Después de cada discurso del estado de la Unión, el partido en la oposición comparte un discurso de respuesta. En esta ocasión, la elegida fuer Sarah Huckabee Sanders, exportavoz de Donald Trump en la Casa Blanca y gobernadora de Arkansas tras su victoria electoral del pasado noviembre.Si en el Congreso hubo tensión, en el discurso de Sanders hubo ferocidad. Calificó a Biden de «no apto para servir como comandante en jefe» y defendió que «su debilidad pone en peligro a nuestro país y al mundo. Sanders, que podría tener ambiciones presidenciales en el futuro, hizo hincapié en la agenda ‘woke’ de los demócratas, una de las principales bazas electorales republicanas para las presidenciales de 2024, y defendió que «la línea divisoria en EE.UU. ya no es entre derecha o izquierda, la elección es entre lo normal y los disparatado». «Tengo cuarenta años y soy la gobernadora más joven del país», dijo. «Él (Biden) tiene 80 años y es el presidente más viejo de la historia de EE.UU. Yo soy la primera mujer en liderar mi estado y él es el primer hombre en rendir la presidencia a una turba ‘woke’ que no es capaz de decir qué es una mujer».

Fuente: Sistema Integrado Digital

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