Las fuerzas de mantenimiento de la paz de la OTAN refuerzan la seguridad en Kósovo, escenario desde principios de semana de unos enfrentamientos que han dejado ya más de 80 heridos.

Este miércoles, cientos de manifestantes, de etnia serbia, se concentraron ante el ayuntamiento de Zvecan, por tercer día consecutivo. Exigen la retirada del norte de Kósovo tanto de la policía especial como de los funcionarios de etnia albanesa elegidos para las alcaldías de esta zona.

Frente al ayuntamiento, los asistentes desplegaron una enorme bandera de Serbia, de 200 metros, con la que dejaban clara su postura: los serbios de Kósovo no reconocen la autoridad de Pristina.

Los esfuerzos internacionales para desactivar la crisis están en marcha. Funcionarios de la Unión Europea ya se han reunido con el presidente serbio Aleksandar Vucic. El primer ministro de Kósovo, Albin Kurti, también ha mantenido conversaciones con distintos miembros del bloque europeo.

Los recientes disturbios hacen temer un nuevo conflicto en la región, hasta el punto de que la OTAN ha optado por el envío de otros 700 soldados adicionales.

Desde el gobierno alemán confirman la intención de su canciller Olaf Scholz, y del presidente francés Emmanuel Macron, de reunirse de forma inminente con los líderes de Serbia y Kósovo.

Para este jueves ya está confirmada una reunión entre el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, con el presidente serbio Aleksandar Vucic, en los márgenes de la cumbre de la Comunidad Política Europea que se celebra en Moldavia.

Fuente:  Sistema integral digital