Las palabras «Revolución» y «Contrarrevolución» se usan aquí en el sentido dado por el Prof. Plínio Corrêa de Oliveira en su libro “ Revolución y Contrarrevolución ”, cuya primera edición fue publicada en el Nº 100 de “Catolicismo” , en abril de 1959.
Sant’Angelo [1185-1220], carmelita y mártir, también conocido como el Ángel de Sicilia (pintura encontrada en el Museo del Prado, Madrid)
Hoy es la fiesta de San Angelo, mártir [1185-1220]. Algunos datos de su biografía:
“ Carmelita, hijo de judíos conversos, luchó tenazmente contra las herejías. En Roma, predijo los estigmas a San Francisco y fue informado por él de su próximo martirio. Fue un hermoso encuentro el que tuvo lugar en Roma entre Santo Domingo, San Francisco y San Angelo , carmelita. Los tres, cuando se encontraron, se arrodillaron y, en esa ocasión, San Ángelo, llevado por una inspiración divina, predijo a San Francisco que sería objeto de estigmas y San Francisco le predijo que sería martirizado . .
Entre santos, decir que vas a ser martirizado es amable…
“En Leocádia fue asesinado por el Conde Berengario, en el mismo púlpito donde le reprochaba vivir con su propia hermana. Herido de muerte, expiró diciendo: “In manus tuas, Domine – En tus manos, Señor”. siglo XIII.
* El milagro de Treviglio muestra cómo Nuestra Señora es, de hecho, la Reina de Corazones
El hecho mariano que debemos comentar hoy, ya que estamos en el mes de mayo, es la advocación de Nuestra Señora de las Lágrimas en Treviglio, en el año 1522.
Altar de Nuestra Señora en Treviglio (Italia). Foto de Roberto Bertogna – CC.
“Durante las guerras en Italia, en 1522, el general francés Lautrec, avanzando sobre la ciudad de Treviglio, que había favorecido al emperador Carlos V de Alemania, amenazó con incendiarla si no le entregaban a los culpables. Mientras permanecía firme frente a las súplicas de la gente, los soldados irrumpieron gritando: «¡Milagro, milagro!» La Santísima Virgen lloraba en la Iglesia de San Agustín.
“El general, temblando, se dirigió hacia la iglesia con su Estado Mayor.
“La Santísima Virgen estaba pintada en la pared interior de la iglesia. Sentada, con las manos juntas, contemplaba al Niño Jesús de rodillas. El general vio correr las lágrimas sobre las rodillas de la Virgen, y presa de un santo terror, cayó de rodillas para venerar a la Reina del Cielo, que se hacía suplicante en nombre de su pueblo.
“Entendiendo el llamado a la misericordia, sale de la ciudad, ofreciendo a la Virgen su espada y varios trofeos”.
Arriba, el yelmo y la espada que dejó Lautrec en reconocimiento a la imagen de Nuestra Señora que había llorado
Es otro hermoso episodio que muestra la protección maternal de Nuestra Señora . Es fascinante considerar aquí la actitud del caballero católico que, informado del caso, tiene fe y va a la iglesia. Al presenciar el llanto de la imagen, se arrodilla, perdona a la ciudad y realiza este acto de maravilloso simbolismo: deja su espada con la Virgen . Quiero decir, la espada con la que iba a hacer el diezmo, pero como esto no era querido por Nuestra Señora, se la ofrece.
Es maravillosa esta yuxtaposición de estas dos imágenes : Nuestra Señora llena de misericordia, sosteniendo al Niño Jesús en sus brazos y el fiero guerrero, ablandado por Ella, pero celoso y orgulloso de su espada , al punto de no encontrar nada mejor que ofrecer a María Santísima… esta espada “domada”, puesta a los pies de Nuestra Señora, son bellas imágenes del pasado que deben hacernos añorar las eras que fueron la esperanza del día por venir , y estimular en nosotros la prisa de la Reino de María .
En otras palabras: si Nuestra Señora supo desarmar así la ira de un soldado inclemente, es porque Ella, en efecto, domina los corazones . Una de las hermosas advocaciones que le hacen es “Reina de Corazones” . Pero la palabra “ corazón ” no tiene el significado sentimental que se piensa, sino que es el dominio de las almas .
Nuestra Señora hace que la voluntad del hombre corra por donde Ella quiere . Si es la Reina de Corazones y sabe desarmar así a los hombres que quiere contener , entonces también puede ser la Reina de nuestras almas . Y en esta época de cobardía general, de miedo general, puede darnos el coraje que tuvo que aflojar en Lautrec . De tal manera que Ella, por el contrario, en vez de ablandarnos, nos da esa fuerza indispensable para Sus luchas, que son siempre jurídicas y doctrinales .
Es esa hermosa aspiración la que pide esto y por la que a veces rezamos aquí: “Dignare me laudare Te, Virgo Sacrata, da mihi virtutem contra hostes tuos – Señora, dígnate hacerme alabarte; dame fuerza contra tus adversarios.” Da mihi virtutem contra hostes tuos , podría ser la súplica para mañana, ya que estamos en el mes de mayo .
* La Devoción del Primer Sábado
Ahora, tenemos una tarjeta con respecto al primer sábado del mes:
El 10 de diciembre de 1925, apareciendo a Sor Lucía, la última sobreviviente de los pastores de Fátima:
«Entonces dijo la SS. Virgen: “ Mira, hija mía, Mi Corazón rodeado de espinas que los hombres ingratos Me traspasan en todo momento, con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, trata de consolarme y dime que todos aquellos que durante 5 meses, el 1er sábado, se confiesan, comulgan, rezan el rosario y pasan 15 minutos Conmigo, meditando los 15 misterios del Rosario, a fin de reparar, prometo asistirlos, en el momento de la muerte, con todas las gracias necesarias para la salvación de estas almas . “» ( Memorias de Sor Lúcia I. 15ª ed. Fátima: Secretariado dos Pastorinhos, 2010, p. 192 ).
Cómo deben calar hondo en nuestras almas estas palabras: » Tú al menos ves [intentas] consolarme «. Esto es lo que Nuestra Señora nos dice a cada uno de nosotros cuando prepara, con silencio y recogimiento [“statio”], la ceremonia de lectura y comentario de los recortes de la semana. “ Tú al menos trata de consolarme. Piensa un poco y consuélame por todo lo horrible que escuchaste sobre la marcha de la Revolución en la última reunión; y de todas las cosas horribles que escucharás en esa reunión. Sé un hijo consolador ”.
Y el mejor consuelo que podemos ofrecer a Nuestra Señora es el deseo, a través de nuestra lucha, de poner fin a los ultrajes que los adversarios profirieron contra Ella .
“ Entonces Nuestra Señora pidió la Comunión de reparación los primeros sábados de los cinco meses ”.
Es decir, la Comunión hecha para reparar los pecados que Ella sufre, que se lanzan contra Ella y su Divino Hijo, prometiéndose a quienes la hacen en las condiciones indicadas, la asistencia en la hora de la muerte con las gracias necesarias para la salvación .
¡Es precioso! Por la gracia, sabéis que la gracia de la perseverancia final es una gracia autónoma . La gente no puede decir: «Perseveré toda mi vida, por lo tanto, en el momento de la muerte tengo la garantía de salvarme». No, se necesita una gracia propia de la hora de la muerte para que pasemos a la eternidad . Y luego nosotros, aquí también, debemos considerar el valor de esa promesa . Nuestro Señor ya hizo una promesa similar en Paray-le-Monial para aquellos que observan los primeros nueve viernes del mes .
Allí, Nuestra Señora hace una promesa de este tipo a las personas que hacen los primeros cinco sábados del mes.
Pues bien, aquí, el primer sábado, las siguientes son las condiciones indicadas a sor Lucía, según los textos más autorizados:
1º – El primer sábado de cinco meses consecutivos, confesarse, comulgar, rezar el rosario y, meditando los quince misterios del Rosario, pasar quince minutos en compañía de la Virgen.
Quiero decir, preferiblemente en una iglesia, por supuesto, pero aquí no dice que tiene que ser una iglesia. Pasa quince minutos con la Virgen y reza el Rosario meditando estos misterios. Después de haber confesado, por fin, la Comunión.
2º – Todos estos cuatro actos deben ser realizados con la intención de desagraviar al Inmaculado Corazón de María y reparar los ultrajes, sacrilegios e indiferencias cometidos contra él.
Ves que Nuestra Señora no solo le habló a Sor Lúcia de ultrajes y sacrilegios. Pero añadió la indiferencia , como un tipo de ofensa que está en la misma escala que el ultraje y el sacrilegio .
Ved, pues, cómo la indiferencia –sobre todo de los muy llamados– puede ofender a la Virgen , y cuán razonable es hacer una reparación especial por las indiferencias de que la Virgen pueda ser objeto dentro de los movimientos que quieren ser auténticamente católicos y contra -revolucionarios.
3.° Sin embargo, quien tenga dificultades para ir a confesarse el primer sábado, puede hacerlo en cualquier otro día, incluso fuera de la octava, siempre que al confesarse tenga la intención aludida.
Es decir, la persona que no puede confesarse el primer sábado, siempre que se confiese con la intención de cumplir con este requisito, gana la indulgencia.
4º – Finalmente, si esto se olvida en la primera confesión, puede formularse en la siguiente, aprovechando la primera ocasión para confesarse.
Es decir, si la persona se olvidó, todavía vale una segunda confesión, una especie de “examen de segunda etapa” [usado, en ese momento, en las escuelas de Brasil, ndc].
Entonces sor Lúcia le escribió una carta a su madre al respecto, enseñándole esta devoción. La carta dice lo siguiente:
“Por eso quise que la Madre, con generosidad, ofreciera a la Santísima Virgen un acto de reparación por las ofensas que recibe de sus hijos ingratos, mi ausencia. También quería que la Madre me diera el consuelo de abrazar una devoción que sé que agrada a Dios y que fue nuestra querida Madre del Cielo quien lo pidió. Tan pronto como me di cuenta de ella, quise abrazarla y hacer que todos los demás la abrazaran.
“Espero, por tanto, que la madre me responda diciendo que sí y que trate de que toda esa gente que va allí lo abrace también. Nunca podrás darme mayor consuelo que ese. Todo lo que tienes que hacer es hacer lo que está escrito en esa tarjeta: la confesión puede ser otro día y los quince minutos es lo que parece ser lo más confuso para ti, pero es muy fácil. ¿Quién no puede pensar en los misterios del Rosario, en la Anunciación del Ángel, en la humildad de nuestra querida Madre, que viéndose tan exaltada se llama esclava? ¿En la Pasión de Jesús en el Calvario? ¿Quién no podría, en estos santos pensamientos, pasar quince minutos con la más tierna de las Madres?
Esta es la reflexión, el comentario que la misma Hermana Lúcia hace en un documento autógrafo, sobre esta devoción
