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Cómo el Foro de São Paulo encubre la corrupción de la izquierda

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El caso de Cristina Kirchner demostró una vez más que los bloques ideológicos de la izquierda solo sirven para brindar protección automática a sus miembros cuando aparecen envueltos en investigaciones judiciales

 

 

El proceso judicial contra la vicepresidente de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, puso nuevamente de manifiesto la doble moral de la izquierda, que promete luchar contra la corrupción pero desde los bloques ideológicos como el Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla protege de manera incondicional a sus integrantes cuando son llevados al banquillo por irregularidades administrativas. No es poca cosa que la Fiscalía califique como la “mayor maniobra de corrupción” conocida en el país el caso del desvíos de fondos públicos durante la era kirchnerista que tiene a la expresidente de la nación a un paso de la condena.

Apenas el fiscal Diego Luciani pidió 12 años de cárcel e inhabilitación de por vida para Cristina Fernández de Kirchner, presidentes y exmandatarios de la izquierda regional se pusieron de su lado, mostrando una solidaridad automática bastante alejada de lo que prometen en campaña. Sin que haya culminado la investigación, el presidente Alberto Fernández, en compañía de sus homólogos Gustavo Petro, de Colombia; Andrés Manuel López Obrador, de México; y Luis Arce, de Bolivia, firmaron una carta pública en la que expresan su total respaldo a la acusada.

El cofundador Podemos y líder de la extrema izquierda española, Pablo Iglesias, no desaprovechó el momento para hablar nuevamente de un supuesto “lawfare” –término que usa con frecuencia para calificar como “golpe judicial” cualquier proceso legal contra dirigentes de izquierda–, sumándose otros referentes del mal llamado progresismo como los exvicepresidentes Rafael Correa, de Ecuador; Evo Morales, de Bolivia; y Dilma Rousseff, de Brasil.

Por razones de conveniencia particular, Nicolás Maduro, de Venezuela; Gabriel Boric, de Chile; y el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, han sido más prudentes, evitando –por el momento– respaldar públicamente a Cristina Kirchner. Pero tan pronto se cierre el capítulo del avión venezolano-iraní retenido en Buenos Aires y pasen los procesos electorales en Chile y Brasil, se sumarán sin duda a la comparsa promovida por estos bloques como el Foro de São Paulo, el Grupo de Puebla y la Internacional Progresista, que solo cumplen la función de brindarse protección mutua y expandir el fracasado socialismo por Iberoamérica.

Fuente: Panampost

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