Desde el aire se puede ver un enorme rastro en el lugar en el que el sábado por la noche se estrelló un avión ucraniano cargado con once toneladas y media de armamento. Ocurrió cerca de Paleochori, en una zona agrícola del norte de Grecia.
Los habitantes de la zona siguen sobrecogidos. Dicen que cayó «como una bomba» y durante dos horas se sucedieron las explosiones.
Los expertos en sustancias químicas, que este domingo analizaron la zona, no han encontrado ningún producto peligroso. Ahora son los artificieros los que trabajan para desactivar los explosivos desperdigados en una enorme zona en la que se ha creado un perímetro de seguridad.
«El avión ya estaba en llamas antes de estrellarse. Se produjo una enorme explosión en el momento en que tocó el suelo y una bola de fuego, como una bomba atómica. Y luego sucesivas explosiones; 20 o tal vez 30″, explica un vecino de la zona.
Un cargamento de armamento perfectamente legal
Los ocho tripulantes ucranianos murieron. En cuanto al cargamento, se ha especulado mucho hasta que las autoridades han confirmado que se trataba de un traslado de armamento perfectamente legal. El avión llevaba obuses vendidos a Bangladesh por una empresa serbia, que fue la que fletó el avión ucraniano.
Otro habitante de la zona explica que las autoridades les ordenaron que cerraran las ventanas. «Tal vez temían que hubiera radiactividad», conjetura.
«El pueblo entró en pánico -añade otro hombre-. Se fue la luz, los niños corrían aterrorizados y los padres detrás»
El piloto comunicó que tenía problemas con un motor y que iba a realizar un aterrizaje de emergencia, pero el aparato, un Antonov de carga de la época soviética, se estrelló antes de llegar al aeropuerto de Kavala.
El avión había despegado del aeropuerto de Nis, en el sur de Serbia, y su destino era Dhaka, en Bangladesh, con escalas en Amán y Riad.
Fuente: Sistema Integrado Digital
